La carne de armadillo es muy apreciada en algunas comunidades del semidesierto en Tamaulipas. Foto: Ramón Sánchez
En este municipio se prepara la comida más rara de Tamaulipas
En el municipio de Tula, Tamaulipas, se conserva una de las tradiciones gastronómicas más singulares y menos conocidas del país: la preparación de tamal de armadillo.
Aunque para algunos puede parecer inusual o incluso controvertido, este platillo forma parte de las raíces culturales de la región semiárida del altiplano tamaulipeco.
La receta ha pasado de generación en generación entre familias rurales, principalmente en las comunidades ejidales cercanas a la sierra de Tula, donde el armadillo ha sido aprovechado históricamente como una fuente de alimento en tiempos de escasez.
¿Cómo se prepara el tamal de armadillo en Tula?
El proceso de preparación es meticuloso y comienza con la caza del animal, actividad regulada por normas ambientales. Luego de asar al armadillo para remover su caparazón, su carne se desmenuza y se sazona con especias locales como orégano del monte, chile piquín y ajo silvestre.
La carne se mezcla con masa de maíz y se envuelve en hojas de palma o de maíz, como cualquier otro tamal, pero con un sabor intenso, entre lo ahumado y lo terroso. Su cocción suele hacerse en hornos de leña tradicionales, lo que le da un aroma característico.
Es un platillo reservado para ocasiones especiales, como fiestas patronales o reuniones familiares, y cada cocinera local guarda celosamente sus variantes en la receta.
¿Es legal consumir carne de armadillo en México?
La caza del armadillo se encuentra regulada por la Ley General de Vida Silvestre, ya que es una especie considerada bajo protección especial.
En algunas zonas de Tamaulipas, sin embargo, se permite su aprovechamiento con fines de subsistencia, siempre que no se trate de comercio ilegal ni explotación masiva.
En comunidades como Tula, el consumo del armadillo tiene un profundo vínculo con la identidad local. Sin embargo, especialistas en conservación recomiendan limitar su consumo y fomentar alternativas sustentables para proteger la fauna regional.
¿Por qué Tula conserva esta tradición?
Tula es considerado uno de los pueblos más antiguos de Tamaulipas y se le reconoce por su fuerte arraigo cultural. Aquí se celebran festividades como la del Señor de Amoles, donde además del tamal de armadillo, se ofrecen otros platillos únicos como el caldo de víbora o el mezcal de la sierra.
Para los habitantes, esta comida no es una excentricidad sino un legado que forma parte de su historia como pueblo. En palabras de don Teodoro, un campesino de 76 años: “Comer armadillo era normal cuando no había otra cosa; ahora lo hacemos por tradición, no por hambre”.
En un estado donde la gastronomía es tan variada como su geografía, el tamal de armadillo de Tula se alza como uno de los platillos más raros y significativos de Tamaulipas.
Más allá del sabor, representa una conexión con la tierra, con el pasado y con las costumbres de un pueblo que resiste al olvido.