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Sombras del Hanal Pixán: las leyendas de la Xtabay, el Huay Chivo y los fantasmas que aún recorren Yucatán


Por:Alejandra Vargas

Durante el Hanal Pixán, o “comida de las ánimas”, los hogares yucatecos se llenan de olor a pib, incienso, flores y de recuerdos. Es tiempo de altares, de mirar al horizonte y sentir la cercanía de los que ya partieron. 

En esta temporada aquellas narraciones populares sobre espíritus errantes, guardianes invisibles y fantasmas que caminan entre los montes cobran una fuerza especial. Son relatos que se cuentan en voz baja al caer la noche, compartidos con respeto para no invocar lo que se teme.

El escritor Ermilo Abreu Gómez decía que, en Yucatán, “el miedo no castiga: enseña”. En cada historia hay una advertencia, una forma de mantener viva la memoria y recordar que el alma y la naturaleza comparten un mismo lenguaje.


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¿Quién es la Xtabay, espíritu de seducción y venganza en la selva yucateca?

La leyenda de la Xtabay es una de las más emblemáticas del mundo maya. Según cuenta Antonio Mediz Bolio en Leyendas y tradiciones de Yucatán, existieron dos mujeres opuestas: Xkeban, compasiva y libre, y Utz-Colel, virtuosa en apariencia, pero de corazón frío.

Al morir Xkeban, su cuerpo exhalaba un perfume dulce que atrajo a los animales que ella cuidaba; cuando murió Utz-Colel, el hedor fue insoportable. De esa dualidad nacen dos símbolos eternos: la flor xtabentún, que brota de la tumba de Xkeban, y la figura espectral de la Xtabay, en la que se transformó Utz-Colel.

Según el relato, la Xtaby aparece en los caminos solitarios, bajo las ceibas, peinando su cabello negro con aroma embriagador. Quien la sigue, dicen, se pierde para siempre entre los montes.

Como explica Jorge Luis Zoreda Novelo en Leyendas del Mayab, “la Xtabay es más que una mujer maldita: es la encarnación de la culpa y del deseo que la selva guarda celosamente”.

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¿Qué es el Huay Chivo, el brujo que se transforma en bestia?

Entre los pueblos del interior, el Huay Chivo es una figura que todavía provoca respeto. Se trata de un brujo con el poder de transformarse en animal, generalmente en un chivo de ojos encendidos. Su misión puede ser proteger su milpa, castigar a un enemigo o cumplir pactos antiguos con fuerzas invisibles.

De acuerdo con la tradición oral documentada por Abreu Gómez en Cuentos y Leyendas Mayas, el Huay Chivo representa el equilibrio entre el poder del hombre y la naturaleza: quien abusa de la magia termina consumido por ella. 

En los pueblos de Motul, Tizimín o Valladolid, muchos aseguran haber escuchado su andar de pezuñas sobre la tierra o haber visto sus ojos rojos brillar entre los árboles.

A veces se dice que el Huay Chivo no es malvado, sino un guardián ancestral castigado por romper las reglas del monte. Lo cierto es que su historia persiste como advertencia de respeto: a la selva, a los espíritus y al misterio.


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¿Qué secretos guarda la hacienda de Misnébalam?

Al norte de Mérida, entre el silencio y las ruinas del henequén, se levanta la hacienda de Misnébalam, conocida por su aire de tragedia y misterio. En el siglo XX fue un sitio próspero, hasta que una serie de muertes y accidentes la dejaron vacía.

Los pobladores cuentan que ahí murió Juliancito, un niño que sufrió un destino cruel y cuyo espíritu nunca abandonó el lugar. Visitantes afirman escuchar su risa entre los corredores, verlo correr entre columnas derruidas o sentir un escalofrío cuando la brisa pasa.

La historia se ha vuelto parte del imaginario contemporáneo yucateco. Como señala el INAH en su publicación Relatos y leyendas del Hanal Pixán, las nuevas leyendas urbanas, como la de Misnébalam, son herederas directas de la tradición oral maya: recordatorios de que los muertos nunca se van del todo.

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