Janal Pixán en Yucatán: 5 tradiciones que hacen único esta celebración
En Yucatán, el Día de Muertos tiene un nombre propio, una identidad única y un significado profundamente enraizado en la cosmovisión maya: Janal Pixán, que se traduce como “comida de las ánimas”.
Esta tradición milenaria no es solo una conmemoración, sino una forma de mantener vivos los lazos con quienes ya han partido.
Del 31 de octubre al 2 de noviembre, las casas yucatecas se transforman. Los altares se llenan de flores, velas, jícaras y manjares cocinados con esmero.
Todo se prepara para recibir a los pixanes (las almas de nuestros difuntos) que regresan brevemente para compartir mesa, compañía y memoria.
¿Qué es la celebración del Janal Pixán?
Janal Pixán es una tradición ancestral celebrada en Yucatán que honra a los seres queridos fallecidos a través de altares, rezos y alimentos.
A diferencia del Día de Muertos en el resto de México, el Janal Pixán está profundamente vinculado a la espiritualidad maya.
La palabra pixán se refiere al alma, ese aliento vital que los dioses otorgan al nacer y que guía a la persona incluso después de la muerte.
Durante estos días, se cree que las almas de los difuntos regresan al mundo de los vivos por caminos invisibles, para reencontrarse con sus familias.
¿Cuáles son las tradiciones que son el corazón del Janal Pixán?
Si eres alguien que ha perdido a un ser querido sabes que el corazón se inunda de sentimientos al creer que vuelven a casa, es por eso que estos pasos son indispensables
El altar de Finados: una ofrenda viva
El altar o mesa de Finados es el elemento más importante del Janal Pixán. Es un espacio sagrado donde se coloca todo lo necesario para recibir a las almas. Cada objeto tiene un propósito simbólico:
- Fotografías de los difuntos, para honrar su memoria
- Velas blancas para adultos y de colores para niños
- Agua y sal, como elementos de purificación
- Incienso, para limpiar espiritualmente el ambiente
- Jícaras para colocar las bebidas tradicionales (atole, chocolate, etc.)
- Una cruz de madera verde
Es importante evitar elementos no propios de la tradición yucateca como calaveras, catrinas, papel picado o pan de muerto, que aunque comunes en otras regiones, no forman parte del Janal Pixán auténtico.
Las flores silvestres:
Las flores no son solo adorno, son símbolos de bienvenida y guía para los pixanes. En Yucatán, se acostumbra utilizar la flor xpujuc, aunque también pueden encontrarse otras variedades que aportan color, aroma y vida al altar.
Estas flores se consiguen en mercados locales, especialmente en estas fechas, el Mercado Lucas de Gálvez se surte de estos maravillosos colores.
El mucbilpollo:
El pib, es el platillo más esperado y significativo del Janal Pixán. Se trata de un gran tamal relleno de carne de cerdo o pollo, condimentado con recado rojo y envuelto en hojas de plátano, para luego ser cocido en un horno bajo tierra llamado píib.
Este platillo se coloca en el altar el último día de rezos, y representa el único alimento que las almas pueden “llevarse” de regreso al inframundo.
Dulces, frutas y antojitos del alma:
La comida no puede faltar, y entre los elementos que completan la ofrenda están los dulces y frutas típicas de la temporada:
- Mazapanes de pepita de calabaza
- Dulce de papaya o nance
- Calabaza melada
- Atole nuevo y chocolate caliente
- Xe’ek’, una ensalada de jícama con naranja y mandarina
Estos sabores son elegidos cuidadosamente según el gusto del difunto.
La preparación del altar: un ritual de unión
Creo que una de las partes más especiales de todo esta tradición es crear el altar en familia o con la comunidad.
El cocinar los platillos, ir al mercado por las flores o los recados, elegir la foto que irá en el altar, poner sus dulces favoritos, son momentos en los que crean nuevas memorias mientras se recuerdan con amor, a los que se nos han adelantado en este camino de la vida.
El Janal Pixán es una celebración profunda, espiritual y emocional. A través del altar, la comida, las flores y los rezos, el pueblo yucateco honra a sus muertos sin tristeza, sino con gratitud y cariño.