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Durango

El primer exorcista de Durango y la leyenda de su primer encuentro de otro mundo

La leyenda del suceso que acercó a este sacerdote de Durango a iniciar sus estudios en demonología

Santuario de Guadalupe en Durango | Foto: Leyendas de Durango, en Facebook
Santuario de Guadalupe en Durango | Foto: Leyendas de Durango, en Facebook

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Por: Lorena Ríos

En la ciudad de Durango, existió un sacerdote cuyo nombre figura en varias historias y leyendas relacionadas con sucesos paranormales.

El padre Raúl Moreno, conocido demonólogo y primer exorcista de Durango, además de dedicar su vida a la predicación del Evangelio, se avocó en los estudios religiosos de sucesos inexplicables, usando su conocimiento y experiencia para ayudar a otros.


¿Cuál fue el primer encuentro entre el otro mundo y el primer exorcista de Durango?

Según se cuenta entre los duranguenses, y quedó plasmado en los escritos del también ya fallecido escritor Manuel Lozoya Cigarroa, el primer encuentro del padre Raúl con "algo" que no es de este mundo, fue a mediados del siglo pasado.

La historia narra que en 1954, siendo un muy joven sacerdote, el padre Raúl fue asignado como párroco del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, uno de los templos más importantes y queridos en la ciudad de Durango.

Teniendo poco tiempo al frente de dicha parroquia, el sacerdote tuvo un primer encuentro con un ser extraño que ya otras personas habrían asegurado haber visto en los alrededores de la iglesia.


¿Cómo fue el encuentro entre el primer exorcista de Durango y un ser de otro mundo, según la leyenda?

Madrugador y disciplinado por naturaleza, el padre se levantaba muy de madrugada a correr por la zona, antes de prepararse para la primera misa. En una ocasión, le llamó la atención percibir la luz prendida de la iglesia, pues él mismo la apagaba todas las noches.

Al acercarse para apagar la luz, escuchó un leve llanto de mujer; observó al rededor y encontró que en la última hilera de asientos se encontraba alguien arrodillado y llorando. Le habló para ofrecerle su ayuda y tratar de entender cómo pudo entrar a la iglesia si ésta estaba cerrada.

El llanto y los sollozos comenzaron a mezclarse con risas cada vez más fuertes y desquiciadas, y aquello que se arrodillaba al fondo de la iglesia comenzó a aproximarse al padre, sin que se percibiera movimiento en sus pies.


¿Quién era el ser que se apareció ante el primer exorcista de Durango, según la leyenda?

Se trataba de una mujer que continuaba riendo y llorando descontroladamente, vestida con andrajos sucios y desgarrados. Su cabello, completamente revuelto y desgreñado se abultaba sobre un rostro descarnado y sangriento, el cual enmarcaba un par de ojos enormes, enrojecidos por el llanto y llenos de un odio que erizaba la piel.

Al encontrarse casi frente al cura, la mujer levantó un brazo, como para tocarlo, cuando él cerró los ojos y comenzó a rezar con fervor. Notó entonces que la aparición se esfumó tan rápido como él había mencionado el nombre de Cristo.

Impresionado por los sucesos, el padre no fue a correr esa mañana. Intentó calmarse y rezó un buen rato. Luego comenzó a prepararse para la eucaristía. Estuvo atónito y callado por varios días hasta que poco a poco fue llenándose de ocupaciones y, finalmente, volvió a su rutina habitual.


El segundo encuentro del padre Raúl con ese ser de otro mundo

Días después, cuando hubo recobrado su rutina y regresaba de correr junto con su perro, escuchó que la campana de la iglesia sonaba repetidas veces. Rodeó el edificio, seguro de que encontraría a algún travieso jugando con la campana pero no encontró a nadie.

Al notar que la cuerda de la campana estaba inmóvil, notó que a su lado se balanceaba otra cuerda que lucía bastante vieja y casi raída. La siguió con su vista de abajo hacia arriba y en lo alto de la torre vio junto a la campana a la mujer que se le apareció antes.

Pendía de la cuerda, amarrada por el cuello, y hacía sonar la campana con el balanceo de su cuerpo inerte. El padre Raúl nuevamente encomendó su alma a Dios y la figura desapareció.


La leyenda cuenta que a raíz de esto se convirtió en exorcista

Luego de la aparición, la salud tanto del cura como de su perro empezó a decaer, hasta que finalmente el animalito falleció.

El sacerdote se embarcó en la búsqueda de explicaciones a esta clase de sucesos y cómo proteger su parroquia y a su feligresía, adentrándose cada vez más en estudios teológicos y científicos de lo inexplicable.

Sus  estudios, apoyados por la Iglesia Católica, le llevaron a ordenarse como el primer exorcista de Durango y, según se sabe, hasta la fecha uno de los pocos que han ostentado licencia para realizar este tipo de rituales.

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Fotografía del padre Raúl Moreno, fallecido en Durango, en 2015

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