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Aldo de Nigris: ¿de qué murió su tío Tano?

Durante una dinámica en La casa de los famosos México, Aldo de Nigris rompió en llanto al hablar de la nobleza y el apoyo de su tío.

El futbolista Antonio Toño De Nigris murió en Grecia en 2009 a los 31 años, causando un gran impacto en su familia. Foto: Agencias
El futbolista Antonio Toño De Nigris murió en Grecia en 2009 a los 31 años, causando un gran impacto en su familia. Foto: Agencias

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Por: Nayib Canaán

La televisión de los recuerdos suele ser traicionera: basta una fotografía, una voz quebrada o una confesión inesperada para abrir la puerta de la memoria colectiva.

Así ocurrió en La Casa de los Famosos México, cuando Aldo Tamez de Nigris evocó a su tío, el futbolista Antonio “Tano” de Nigris, aquel delantero regiomontano cuya vida se apagó repentinamente en Grecia en 2009.

“Era muy noble, tenía un corazón muy bonito”, dijo Aldo frente a sus compañeros, recordando la incredulidad de su familia al enterarse de la noticia.

El sobrino del clan de Nigris habló no solo de la figura deportiva, sino del hombre que apoyaba a su madre y a su abuela, del tío que parecía invencible hasta que un padecimiento oculto terminó con sus sueños y con los de quienes lo rodeaban.

La carrera a contrarreloj del tío de Aldo de Nigris

Antonio de Nigris Guajardo nació en Monterrey el 1 de abril de 1978. Su destino parecía escrito en los estadios: delantero de garra, vozarrón contagioso y goles de esos que se gritaban con el alma.

Debutó con Rayados, donde acumuló 37 tantos en apenas 65 partidos, cifra que lo convirtió en ídolo inmediato para la afición albiazul.

Su aventura profesional lo llevó a cruzar fronteras: España, Colombia, Brasil y sobre todo Turquía, donde jugó para tres clubes distintos y dejó huella como atacante temperamental.

Antes de su muerte, defendía al A.E. Larisa en Grecia, soñando con obtener un boleto al Mundial de Sudáfrica 2010. La selección mexicana ya lo había llamado en varias ocasiones y sus cuatro goles en 16 encuentros eran muestra de que aún podía aspirar a más.

El futbol era su pasión, pero también la maquinaria que empujaba un corazón enfermo.


El aviso ignorado

Durante su paso por el futbol turco, los médicos de Ankaragücü detectaron una malformación cardíaca. Le recomendaron detener su carrera para evitar riesgos mayores.

El “Tano” decidió seguir jugando. La condición genética que padecía —engrosamiento del músculo cardíaco— sería después confirmada por el forense griego Christos Kravaritis.

La noche que lo cambió todo

La madrugada del 16 de noviembre de 2009, Antonio se levantó sobresaltado en su casa de Lárisa.

dolor en el pecho fue tan agudo que su esposa, Sonia Guerra, llamó de inmediato a una ambulancia. El trayecto al hospital se convirtió en un viaje sin regreso: el futbolista perdió la vida antes de recibir atención médica. Tenía apenas 31 años.

Su hermano Poncho viajó a Grecia para traer de vuelta el cuerpo. Años después, en el mismo reality donde Aldo habló de su tío, Poncho recordó con lágrimas en los ojos aquel momento: “Lo abracé después de la autopsia y le dije: ‘Aquí estoy carnal, no vas a estar solo’”.

El regreso a Monterrey también quedó grabado en la memoria de la familia. Tras una semana de trámites, Poncho entregó las cenizas a su madre con una frase contundente: “Aquí está tu hijo”.


Un adiós en el estadio

  • Cuando los restos de Antonio regresaron a México, sus hermanos llevaron parte de sus cenizas al Estadio Tecnológico, la que fuera casa de Rayados.
  • Ese mismo año, el club conquistó el título del Apertura 2009 con Aldo de Nigris —hermano de Antonio— como figura ofensiva. Con la camiseta de su hermano estampada en el pecho, Aldo dedicó el campeonato al “Tano”.

La memoria que persiste

Han pasado más de 14 años desde su partida, pero el nombre de Antonio “Tano” de Nigris sigue despertando emociones. Para los aficionados, quedó la imagen de un delantero de potencia y entrega. Para su familia, la de un hijo y hermano entrañable que partió demasiado pronto.

En palabras de Poncho, “el mejor de los De Nigris”. En la voz de Aldo, su sobrino en La Casa de los Famosos, un hombre noble que sigue siendo guía espiritual.

La muerte de Antonio fue abrupta, pero su historia continúa latiendo, no solo en la tribuna del recuerdo futbolero, sino también en los corazones que lo nombran cada vez que una foto, una anécdota o un reality lo devuelve a la vida.



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