Bad Bunny no solo se baila: su música activa neurotransmisores del placer
Se presentó un análisis que vincula la música de Bad Bunny con la activación de neurotransmisores como dopamina, serotonina y oxitocina

El Colegio de Químicos de Puerto Rico (CQPR) reveló un análisis que explora el impacto de la música de Bad Bunny más allá del entretenimiento.
Según el estudio, sus canciones activan neurotransmisores como dopamina, serotonina y oxitocina, fomentando placer, bienestar y conexión entre los asistentes a sus conciertos.
El estudio fue elaborado como preámbulo a los conciertos de Bad Bunny en Puerto Rico, precio a su gira "No Me Quiero Ir de Aquí", que iniciará el 11 de julio en el Coliseo. Además de analizar la experiencia musical, el informe evalúa el impacto ambiental de estos eventos y propone medidas sostenibles.
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¿Qué revela el análisis del CQPR sobre la música de Bad Bunny?
El CQPR asegura que la música de Bad Bunny estimula la liberación de dopamina, serotonina y oxitocina, lo que explica por qué “la gente no solo baila, también se conecta bioquímicamente”, según María Santiago Reyes, ex presidenta del CQPR.
Este efecto químico fortalece el sentido de comunidad en conciertos masivos, como los programados del 11 de julio al 14 de septiembre en San Juan. El estudio, enfocado en la química cerebral, destaca que “la química del cerebro explica por qué miles de personas se sienten tan emocionalmente vinculadas a estas experiencias”.
Sin embargo, la falta de datos específicos sobre metodología deja espacio a cuestionamientos sobre la amplitud del análisis.
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¿Cómo aborda el CQPR la sostenibilidad desde Bad Bunny?
El análisis no solo se centra en el cerebro, sino también en el impacto ambiental de eventos como los de Bad Bunny, señalando toneladas de residuos, emisiones de carbono y uso de energía no renovable.
El CQPR propone soluciones como energía solar, baterías de litio, reciclaje activo y movilidad sostenible, además de alianzas ecológicas.
José A. Pérez, presidente del CQPR, enfatizó: “Queremos que la ciencia salga del laboratorio y entre en la conversación pública. Si una canción puede mover multitudes, la ciencia puede orientar sus pasos”.
Esto será discutido en la Conferencia y Exhibición Anual del Colegio de Químicos de Puerto Rico (PRChem 2025) del 30 de julio al 2 de agosto, donde se buscará que “PRCHEM 2025 se convierta en un catalizador para la innovación”, según Pérez, promoviendo un rol activo de la ciencia en la cultura y el desarrollo de Puerto Rico.
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