Los Tigres del Norte hablan desde la frontera: “De paisano a paisano”
"De Paisano a Paisano" de Los Tigres del Norte recibe el nuevo milenio, destacando su tema homónimo sobre la experiencia migrante
Los Tigres del Norte, los “Jefes de Jefes” de la música norteña, cerraron el siglo XX con De Paisano a Paisano (2000, Fonovisa), un álbum que captura el espíritu del nuevo milenio mientras honra las luchas de los migrantes.
Con un mural en la portada que retrata la historia de México desde sus raíces hasta la modernidad, el disco combina corridos, baladas y crítica social, manteniendo el sonido norteño que los ha hecho leyenda.
Este trabajo, el último con el saxofonista y acordeonista Guadalupe Olivo, alcanzó el puesto 92 en el Billboard 200 y fue nominado a los Latin Grammy por Mejor Álbum Norteño y Mejor Canción Regional Mexicana por el tema titular.
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¿De qué habla el álbum “De Paisano a Paisano”?
El tema que da nombre al álbum, “De Paisano a Paisano”, es un corrido que habla de la experiencia migrante, narrando el orgullo y las dificultades de quienes cruzan la frontera para trabajar en restaurantes, hoteles, cosechas o construcción, solo para enfrentar la traición de patrones que llaman a “la migra”.
Las canciones tratan de ser una voz de solidaridad y un grito por la dignidad de los migrantes. Su video oficial, el único del álbum, fomenta con imágenes partes de la realidad de los migrantes.
Otros cortes como “Al Mil por Uno”, “Me Declaro Culpable” y “Necesito Mi Libertad” refuerzan temas de amor, culpa y anhelo, de libertad, mostrando la versatilidad de Los Tigres para cantar tanto al corazón como a la lucha social.
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¿Cómo marcó “De Paisano a Paisano” un nuevo comienzo para Los Tigres del Norte?
"De Paisano a Paisano" salió en el 2000, tras el éxito de Herencia de Familia (1999), que ganó un Latin Grammy, y en un momento de transición para la banda con la salida definitiva de Guadalupe Olivo tras este álbum.
Grabado con la formación de Jorge (acordeón y voz), Hernán (bajo eléctrico), Eduardo (segundo acordeón, saxofón y voz), Luis (bajo sexto) y Óscar (batería), el disco refleja la cohesión familiar de Los Tigres.
El contexto del nuevo milenio y el creciente debate sobre la migración en Estados Unidos inspiraron temas como el titular, que aborda la explotación de los migrantes. Además, la creación de la Fundación Los Tigres del Norte en mayo de 2000, dedicada a preservar la música folklórica mexicana, muestra su compromiso cultural durante esta época.
El álbum, con 14 canciones y 44 minutos de duración, fue relanzado en plataformas digitales, manteniendo su relevancia.
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