Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras, culpable de narcotráfico en NY
El expresidente hondureño, fue declarado culpable de colaborar con el narcotráfico y con el famoso capo mexicano Joaquín 'El Chapo' Guzmán.
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NUEVA YORK, Estados Unidos.- El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, fue declarado culpable hoy por un jurado de Nueva York de los cargos de narcotráfico y armas, tras un juicio que se prolongó por poco más de dos semanas.
Ahora, Hernández espera la sentencia que dictará el juez Kevin Castel, convirtiéndose en el exmandatario latinoamericano de mayor rango juzgado por narcotráfico desde el caso de Manuel Antonio Noriega en 1992.
El caso de Hernández ha generado gran expectación, con medio centenar de hondureños reunidos a las afueras del tribunal para celebrar el veredicto. Se espera que la sentencia pueda resultar en varias cadenas perpetuas para el exmandatario.
¿Nexos con El Chapo Guzmán?
El fiscal Jacob H. Gutwillig no tuvo dudas al afirmar que el ex presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, es un narcotraficante culpable más allá de la duda razonable.
Según la fiscalía, Hernández recibió millones de dólares en sobornos de capos de la droga, incluido el cartel de Sinaloa de Joaquín El Chapo Guzmán, a cambio de protegerlos de la extradición y ofrecer seguridad para el traslado de drogas desde Colombia hasta Estados Unidos.
Durante su presidencia, Honduras se convirtió en una importante ruta para el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos, introduciendo más de 500 toneladas entre 2004 y 2022. A pesar de los intentos de la defensa por socavar las declaraciones de los testigos, la acusación de conspiración fue suficiente para que el jurado lo declarará culpable.
La defensa argumentó que las acusaciones se basaban en la palabra de narcotraficantes buscando reducir sus penas, recordando que Hernández promulgó leyes contra el lavado de dinero y autorizó extradiciones de narcotraficantes a Estados Unidos.
Sin embargo, el fiscal Gutwillig afirmó que Hernández tenía dos caras: una pública que pretendía combatir el tráfico de drogas y otra privada que protegía a los suyos.
Hernández, quien se considera víctima de una venganza, tachó a los testigos de mentirosos profesionales, aunque no estaba obligado a declarar.
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