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KOBE

Hola qué tal, soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrujulas, tu micro mini podcast donde leo cosas que escribo para no sentirme culpable, favorito.

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Por: Carolina Hernández

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SAN PEDRO GARZA GARCÍA, Nuevo León.- Hola qué tal, soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas, tu micro mini podcast donde leo cosas que escribo para no sentirme culpable, favorito.

Y esta vez quiero contarles que un día como hoy pero del 2020, el basquetbolista Kobe Byant junto con su hija Gianna de 13 años y 8 personas más murió en un accidente de helicóptero.

La noticia conmocionó al mundo del deporte… y mi, me destrozó un poquito.

Porque en mi años más mozos nunca admiré a alguien tanto como a Kobe.

Crecí con su póster pegado en las paredes de mi cuarto.

Lloré, sí un poco, cuando se retiró del basquetbol diciendo que no podía más.

Recuerdo sus palabras ese día:

“Mi corazón puede atajar los golpes, mi mente puede lidiar con la rutina, pero mi cuerpo sabe que ha llegado el momento de decir adiós.

Y no pasa nada. Estoy listo para dejarte ir (…) Nos hemos dado todo lo que tenemos mutuamente.

Y los dos sabemos que no importa lo que haga después, siempre seré ese niño con los calcetines y los cubos de basura en la esquina (…) Siempre te amaré”

Sin embargo, también tuve que reconciliarme con el complicado legado de Kobe, un legado que incluye una acusación por violación.

Sí, no es posible para mi ignorar esa parte de su vida.

En 2003, Kobe, de 25 años fue acusado por una muchacha de 19 de haber abusado sexualmente de ella en el hotel dónde trabajaba.

El caso fue muy mediático y finalmente ambos llegaron a un acuerdo extrajudicial.

Cuando el jugador habló del tema dijo que se disculpaba porque, aunque creía sinceramente que este encuentro había consensuado, reconocía que, despues de escuchar a la víctima era evidente que ella no lo había visto así.

“Después de meses de repasar el incidente, escuchar a su abogado, e incluso su testimonio en persona, ahora entiendo por qué siente que no consintió este encuentro”.

En los años posteriores a la acusación, y especialmente desde que se retiró de jugar, Kobe se convirtió en un defensor de las mujeres y particularmente de las mujeres en los deportes.

Y sí, veo a Kobe como un ser humano que se equivocó, porque la gfente se equivoca, pero si no camos a creer que puedan cambiar estamos jodidos

pero tsmbién tenhgo que nombrar esa parte de su vida, porque los sobrevivientes deben asegurarse de que sus historias no se borren, solo para elevar los legados de los hombres poderosos”.

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