La netflixicación de los asesinos

CIUDAD DE MÉXICO.- Hace unos días atraparon a un feminicida serial en México y abundan tuits, videos y notas que ponen por delante su profesión, a dónde ha viajado mientras se describen también los crímenes que cometió. Y es terrible que se insista en querer retratarlo como “inteligente”, “estudiado y preparado” y que de pronto sepamos mediáticamente muchas cosas de él pero ninguna de todas sea, las mujeres a las que privó de su vida.

Y en parte esas narrativas responden a algo que podríamos llamar la netflixicación de los asesinos y criminales. Tanto que hay quién ya lo llama “el Dahmer mexicano”, asesino cuyo nombre e historia de vida se popularizó por una serie de Netflix que incluso hoy habita a manera de meme en el imaginario de las redes sociales.

Y por supuesto no podemos decir que ciertos crímenes son culpa de Netflix o de programas o películas, sería muy ingenuo pensarlo de esa forma, pero sí podemos señalar el poco cuidado que se ha tenido desde ciertos medios con las narrativas que se usan para describir a asesinos, feminicidas y criminales, como por ejemplo la manera en que se nos ha insistido en vendernos a a Ted Bundy como alguien guapo y encantador sin pensar en sus víctima, sin ningún tipo de reflexión ética.

Y esto es lo mismo que vemos en todos esos hilos de twitter, video y notas: una narrativa muy a la Netflix que más que informar o buscar generar una reflexión busca vender. Necrocapitalismo. Todo esto casi que sin pensar en términos reales todas esas vidas que quitó. Es decir, se piensan estas vidas pérdidas en términos abstractos nunca como lo que son: vidas vividas que fueron arrebatadas.

María José, tenía 17 años...

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