Por las que no están y por las que vienen, marchan duranguenses en 8M

DURANGO, Durango.- Media hora antes de las 5 de la tarde,  en el crucero de 20 de Noviembre y Miguel de Cervantes, empezaron a llegar los contingentes de mujeres vestidas de negro, con pañoletas verdes, moradas y pancartas con reclamos: “basta el hostigamiento”, “justicia por las que se han ido”, y otras con el deseo de un mundo igualitario y el aborto legal.

Niñas y niños acompañadas de sus madres, abuelas, tías; estaban ahí para enseñarles a salir a las calles a protestar si alguien les hace algo; y proteger lo que es suyo: su cuerpo, su dignidad, su amor propio.

“Fui la niña que tocaron sin su consentimiento, pero soy mamá de la niña que jamás vas a tocar, ni a destruir, mi miedo se volvió fuerza”; “Quien te ama, no te lastima”; “Tienes derecho a decir no”; “Si tu voz no alcanza, todas gritamos por ti”; “No viene por moda, vine porque tengo mi historia”; “Nos sembraron miedo, y nos crecieron alas”, esas entre muchas otras frases desgarradoras se leían en las pancartas.

El contingente avanzó una vez que pasaron lista los nombres de las víctimas de feminicidio: Verónica; Julianita; Daniela; Lupita Vazquez; Patricia Guadalupe; Jessica; Yamil; María de Jesús, María del Rosario; Dora Elia; Tania Lizbet; Niña Sofía; Niña sin nombre; María Ivonne; Norma Patricia, María de los Ángeles; Laura Imelda, María del Rosario, Karla Eliza, Laura, Perla y Leslie.

La bandera del activismo femenino, verde, blanco y morado, encabezaba el contingente.

La marcha ocurrió tranquila, muchas gritando, con silbatos, saltando, muchos comercios cerraron por el miedo de padecer algún riesgo de vandalismo, algunos tuvieron el valor de abrir, y estos no fueron molestados.

Las féminas cambiaron los nombres en la nomenclatura de la calles, pues sobre ellas, colocaron una calca morada con el nombre de una víctima de feminicidio.

La marcha fue separatista, sin embargo, a los costados había hombres que también apoyaban la causa: “Hoy marché con mi hermana, espero que jamás sea por ella”; hubo hombres que apoyaban con aplausos.

Conforme el contingente avanzaba, se encontraban mesas en donde las policías municipales regalaron agua a las que marchaban, a ellas les tocó trabajar, pero lo hacían con gusto por apoyar la causa.

Al llegar a la Plaza de Armas ya estaba un templete en donde se darían los discursos de las organizadoras de la marcha; además de presentar el evento artístico.

Después de ello, colocaron el tendedero, en donde cada una fue colocando los nombres y las fotos de sus abusadores; esperando tener justicia o al menos el escarnio de la sociedad; molestas, algunas se subieron a los barandales de catedral y lanzaron globos con pintura y grafitearon la librería de la UJED.