Vanidad de vanidades, todo es vanidad
CRÓNICAS POP
CIUDAD DE MÉXICO.- Mataiotes mataiotetos kai panta mataiotes, “vanidad de vanidades, todo es vanidad”. Es una frase del Eclesiastés que sirve para describir al ser humano: somos vanidad de vanidades y todo es vanidad. Nos mueve constantemente ese sentimiento: el reconocimiento, el prestigio y el poder que de ahí se puede derivar.
Y es que la vanidad no sólo tiene que ver con el cuidado y persecución de la belleza física, sino que más bien atiende a diferentes áreas donde lo importante es la admiración del otro. No sólo se cae en la vanidad cuando te la pasas mirándote en el espejo sino también cuando decides quedarte encerrado un fin de semana leyendo e investigando para ser mejor en aquello que decidiste estudiar o bien practicando el deporte en que quieres destacar.
Estamos atravesados por la vanidad, es una astilla. Nos gusta ser reconocidos, admirados, a unos más que a otros, y en las sociedades contemporáneas que son al mismo tiempo sociedades del espectáculo, la vanidad pareciera haber encontrado mayor cobijo. Ciervos de la vanidad vamos detrás de la fama, followers, likes, porque esto también se traduce en dinero, ¿Qué tanto estamos dispuestos a hacer por la vanidad, por el ego? ¿Hasta dónde? Y pienso en esto porque al final la vanidad puede ser una trampa nos puede llevar a compartir mesa o foro con el enemigo, sólo porque esto le abre un foro delante de más personas.
A ocultar o manejar convenientemente información con tal de generar una buena representación de uno en el entorno público.
