¿Cuál es la presa de Nuevo León con mayor caudal?
Identificar la presa de Nuevo León con mayor caudal permite entender mejor el panorama hídrico del estado y tomar decisiones basadas en datos actuales de almacenamiento y capacidad.
En Nuevo León, el manejo del agua es un tema crucial debido a las variaciones climáticas y al crecimiento de la población.
Las presas juegan un papel fundamental para garantizar el suministro de agua potable, apoyar las actividades agrícolas y enfrentar las sequías. Identificar la presa de Nuevo León con mayor caudal permite entender mejor el panorama hídrico del estado y tomar decisiones basadas en datos actuales de almacenamiento y capacidad.
Te puede interesar....
¿Qué presa de Nuevo León tiene el mayor caudal?
Con base en los registros más recientes, la presa El Cuchillo se posiciona como la presa de Nuevo León con mayor caudal.
Esta presa tiene una capacidad de almacenamiento de 1,033.21 hectómetros cúbicos (hm³) y actualmente se encuentra al 92.0% de su llenado respecto al Nivel de Aguas Máximas Ordinarias (NAMO).
Su ubicación a 161.63 metros sobre el nivel del mar también favorece una mayor acumulación de agua. El Cuchillo es vital para el abastecimiento de Monterrey y otras zonas urbanas, consolidándose como la presa más robusta del estado.
Te puede interesar....
¿Cómo se comparan otras presas con la presa de Nuevo León con mayor caudal?
Otras presas importantes en el estado son la presa Cerro Prieto, con 317.647 hm³ de almacenamiento y un nivel de llenado de 105.9%, superando incluso su capacidad ideal.
Le sigue la presa La Boca, con 31.588 hm³ y un 80.0% de llenado, y por último, la presa Salinillas, con 11.558 hm³ y un 60.8% de su capacidad.
Aunque estas presas cumplen funciones relevantes, ninguna supera en volumen a la presa de Nuevo León con mayor caudal, que sigue siendo El Cuchillo.
Te puede interesar....
¿Por qué es importante saber cuál es la presa de Nuevo León con mayor caudal?
Esta información ayuda a los organismos operadores del agua a distribuir de manera eficiente el recurso, prevenir desbordamientos y garantizar el abasto a largo plazo.
Además, fortalece la planificación en sectores como el agrícola, industrial y doméstico, asegurando que el uso del agua se base en datos técnicos y no en suposiciones.
