Luego de los baños, ¿vestidores inclusivos?
Tras la apertura de baños unisex o sin género en instituciones educativas, activistas señalan que es necesario abordar los probadores de ropa desde una perspectiva de disidencias de género.
JUÁREZ, Nuevo León.- Era un día de compras normal para Gisela Mares. Fue como acostumbraba a una sucursal de la cadena Lavoro en una conocida plaza del municipio de Juárez.
Todo iba bien ese día del 2019, hasta que decidió pasar al probador con un par de prendas. Un guardia de seguridad de la tienda la siguió para echarla a la calle.
Entro yo al vestidor, y me toca la puerta y me dice que me salga, que el vestidor era solo para mujeres. Le dije ‘soy una mujer trans’, y me dice ‘no, usted es hombre’. Salió, fue por seguridad del mall, y me sacaron, me sacaron como si me hubiera robado, esposada
La citada cadena de tiendas vende ropa únicamente para mujeres. Y desde hace varios años Gisela acudía cada semana a comprar una o dos prendas. Sin embargo, en esa ocasión, el elemento de seguridad privada era nuevo y no la conocía.
Con la ayuda de activistas, Gisela puso una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH). Una semana después, la empresa le ordenó al guardia de seguridad que le pidiera una disculpa pública frente a la clientela.
Pararon la música, y el señor me pidió disculpas delante de la gente, y toda la gente escuchó. También me gustó eso, ahí sirvió para mostrar a la gente que tenemos derecho a entrar al vestidor de mujeres
Casos como el de Gisela siguen presentándose, pese a la información y la lucha por parte de defensoras de Derechos Humanos.
Y, por otra parte, el rechazo en la sociedad a generar más espacios de inclusión. Luego de que la Universidad Tecnológica de Santa Catarina inauguró a finales de junio instalaciones de baños neutros o unisex, a los que llamó “estudiantiles”, se reactivó la conversación acerca de este tema.
En las redes sociales de la institución, mientras algunas personas apoyan la iniciativa, otras, la rechazan: “No son más pen… nomás porque no les falta más agua, de verdad con sus tonterías de inclusión”… “Ahuevados en meter ese género entre la sociedad”… “Y eso de qué ayuda al nivel educativo de la escuela… a si, para nada” (sic).
Es un tema similar a los baños: activistas
Los vestidores, al igual que los baños públicos, representan un problema al momento de que una persona trans, o que no forma parte del binarismo hombre-mujer, desea probarse una prenda en una tienda.
Para la activista y defensora de Derechos Humanos, Sylvia Sofía Pérez, el tema de los vestidores es igual al de los baños, y se debería abordar desde una perspectiva de diversidades.
Hoy por hoy estos espacios son necesarios. Creo que todos los baños deberían ser incluyentes, tendrían que ser abiertos para cualquier persona con cualquier necesidad, discapacidad, orientación o identidad de género, sin tener que crear estos espacios a partir de crear espacios exclusivos para poblaciones que históricamente han vulnerabilizadas, criminalizadas, estigmatizadas
Sin instancias en donde denunciar
Por si fuera poco, para casos como el de Gisela no hay una instancia que pueda atenderlos y sancionarlos. La ayuda de activistas sirvió para que la CEDH tomara cartas en el asunto, pero no le compete.
Esta instancia está facultada para atender denuncias de violaciones a Derechos Humanos desde las autoridades o servidores públicas. Falta en Nuevo León una dependencia que atienda casos de discriminación desde particulares, es decir empresas o personas.
La respuesta es el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación, dependencia cuya instalación fue ordenada por ley desde el 17 mayo de 2017, sin que hasta la fecha se haya concretado.
De acuerdo a la ley aprobada en el Congreso del Estado, se ordena que en un plazo de 30 días desde su aprobación, el gobernador del estado presente una propuesta al Congreso local para conformar e instalar el Consejo, un organismo descentralizado, con personalidad jurídica y recursos propios, asignados por el Congreso.
“Amor es amor, la frase que queda corta”
Para Sylvia Sofía Pérez, casos como el de Gisela son solo la punta de iceberg, un incidente que es el reflejo de como toda una sociedad discrimina y margina a las personas disidentes de género, entre ellas las mujeres trans.
Recientemente en la Marcha de la Diversidad Sexual en Monterrey se repitió entre las personas la frase “amor es amor”, sin embargo, Pérez plantea que esa frase ya queda corta al movimiento, y no representa todas las necesidades de la comunidad LGBTTTIQ+.
“Nos damos cuenta de que ya el problema va más allá de eso, que el problema realmente grave en la diversidad sexual y de género es precisamente el cisexismo, el odio y el rechazo, el poco entendimiento a las poblaciones disidentes de género”.
“Mientras ellos se quieren casar, y se están casando, a nosotras nos están matando, nadie quiere voltear a ver los transfeminicidios, y es un problema grave, nadie voltea a ver la precarización en que se encuentran las mujeres trans”, señaló la activista.
