Cerrar ciclos con las personas

¿Qué aprendizaje te deja el año que terminó?

¿Qué aprendizaje te deja el año que terminó? Fue la pregunta que leí en el Instagram de Diego Beltrán (@eldiegodelapaz), un guerrero de la vida al que sigo en redes sociales, y hasta ese momento no me había detenido para reflexionar sobre ese punto, el hallazgo que encontré en mi introspección se lo compartí en su cuenta digital: “no solo hay que cerrar los ciclos con los proyectos, también con las personas para poder avanzar con lo que sigue con esa persona o sin ella”.

Gracias a otro ser maravilloso, durante un trayecto de nuestra oficina ubicada en Paseo de la Reforma en la Ciudad de México cuando salimos rumbo a una fábrica en Ecatepec, Estado de México, gracias al denso tráfico vehicular tuvo bastante tiempo para hacerme reflexionar que mis pasados 20 años de vida profesional había cometido un gran error al no saber cerrar los ciclos laborales, perdiendo no solo eventuales oportunidades para otros desarrollos, sino también contactos valiosos con las personas de esas etapas de trabajo.

Recuerdo que, durante ese trayecto, desde el punto del emblemático edificio de Banobras hasta –en ese entonces- el recién removido monumento a Indios Verdes, no dejé de llorar pensando cuanto me había equivocado por no saber cerrar correctamente mis ciclos profesionales; incluso tardé tres años para que me aceptaran mi renuncia a Televisa siendo hasta junio de 2000 cuando concluí mi relación laboral y esa conversación de una tarde de verano capitalino fue cuando me percaté que ese cierre también lo había hecho mal. Desde entonces -2005-, hasta la fecha me ocupé por cerrar los ciclos de mis proyectos de la mejor manera, fuera con clientes, asociados, o colaboraciones.

Este año que concluye -2021- gracias a un Ángel de la Guarda, quien me sensibilizó a que debería de cerrar un ciclo con una persona, después de hacerlo me sentí muy liberado de todo encono que pudiera sentir. Por la pregunta provocadora de Diego Beltrán, me di cuenta que ese fue mi gran aprendizaje de este año, porque cuando cerré mi ciclo con mi madre antes de que ella falleciera justo hace dos años, no lo había considerado como un vital ejercicio para hacer con las personas.

Comparto esta experiencia en mis #Apuntes porque es una buena oportunidad, entre el fin y el inicio de un año, que invite a la reflexión de cada quien, aspirando que en la introspección se pueda encontrar el sentido de cerrar ciclos. En la filosofía budadharma se practica vivir “el aquí, el ahora”, precisamente esta primicia tiene una esencia que permite dejar atrás todo lo que se vivió con esa persona.

BENEFICIOS DE CERRAR CICLOS

1. Aligerar la carga emocional, particularmente las negativas, para no estar anclado en incidentes del pasado que marcaron un tiempo y espacio, que justamente ahí se deben quedar.

2. Avanzar en otro sentido con la persona o sin ella, ya sea para escalar a otro nivel superior o para caminar en sentido opuesto donde coincidieron ambos.

3. Ocupar energías, sentimientos, y pensamientos, en otras cosas que te permitan ser una mejor versión de ti mismo, para ti mismo, no en relación de ti para otras personas.

APUNTES

Hace unos meses me preguntó una persona con la que coincidí en un proyecto “¿Estarías dispuesto a volver a reunirte con él, después de lo que pasó?” –refiriéndose sobre un agravio que me hicieron directamente- mi respuesta fue de la forma más tranquila “entiendo que lo que pasó fue al calor del momento, además estábamos en otra circunstancia que ahora no existe, así que con gusto me reuniré con él, lo abrazaré, y ya veremos que sigue después”. Cerrar ciclos con las personas te permite escalar al siguiente nivel con ese individuo, o bien, empezar unos nuevos andares distintos por dónde coincidieron, en ambos casos, quizás hasta tendrás una mejor oportunidad de ser feliz. ¿Y tú, qué opinas? www.daviddorantes.com