Cuatro meses para aprender español
Bad Bunny retó a EE.UU. a aprender español y desató una ola de racismo e intolerancia cultural.
Bad Bunny le dijo a los gringos que tienen 4 meses para aprender español, y esa sola frase, dicha con humor y seguridad, fue suficiente para que toda una parte de Estados Unidos colapsara emocionalmente. Incluido Trump que ya ha mostrado su desagrado con que Benito vaya a presentarse en el Super Bowl.
El principal reclamo de esa ala conservadora es el idioma de las canciones de Bad Bunny: cómo va a cantar alguien que no habla inglés en uno de los espectáculos más representativos de EEUU. Y esto les incomoda tanto que, por ridículo que suene, incluso hay quien ha dicho que deberían quitarle la visa. Pero Bad Bunny no es extranjero.
Es puertorriqueño. Y Puerto Rico, aunque muchos estadounidenses no lo entiendan, es un territorio estadounidense, una colonia moderna, como lo es Hawái.
Ese es el nivel de ignorancia: ni siquiera entienden cómo está organizado su propio país. No saben que esos territorios que explotan también son parte de eso que llaman con mucho orgullo América.

Lo mismo pasó hace unos meses con Chief of War, la serie protagonizada por Jason Momoa. Hubo personas que se quejaron porque parte de los diálogos no eran en inglés sino en hawaiano. Les parecía inaceptable que una historia sobre Hawái no estuviera “totalmente” en su idioma.
Es la misma reacción: rechazo a lo no blanco, a lo no anglosajón, a lo que les recuerda que su imperio no es tan homogéneo como creen.
Pero eso es simplemente ignorancia y un nacionalismo selectivo, delirante y excluyente, que los ha alejado de todo aquello que no se presente en su idioma: música, cine, literatura, series, investigación académica.
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Porque en esto participa no sólo gente de MAGA sino también académicos que hablan de temas como racismo y desigualdad pero que que jamás han leído autores de Latinoamérica y mucho menos en su idioma original.
Para los estadounidenses todo tiene que estar traducido al inglés y lo que no está traducido a su idioma no vale la pena. En Latinoamérica muchas personas se preocupan por aprender otros idiomas y poder acceder a otras culturas pero no ellos ni otros tantos países del norte global. Una tristeza.
Lo cierto es que Estados Unidos está colapsando culturalmente. Solo sobrevive porque sigue controlando la industria del entretenimiento y tiene dinero para comprar productos culturales de otros países. Pero sus verdaderos ídolos del pop ya no cantan en inglés y sus actores más magnéticos no hablan como ellos.
La cáscara se está rompiendo. Y el Super Bowl, con Bad Bunny al centro, va a mostrar que “el imperio” ya no tiene tanto que decir, aunque siga intentando imponer su idioma.