INCELS: los terroristas detrás de las amenazas contra la UNAM
El gobierno y las autoridades académicas se niega a reconocer las claras motivaciones ideológicas detrás de las amenazas contra la UNAM, pero la evidencia es clara: los “incels” son los responsables.
Las amenazas se intensificaron después del atentado en el CCH Sur, el 22 de septiembre pasado. Un joven identificado como Lex Ashton de 19 años ingresó al plantel y asesinó a un estudiante: Jesús Israel, de 16. De acuerdo a testimonios, Jesús fue asesinado mientras estaba con su novia. Este dato es importante.
Después del ataque, medios de comunicación identificaron la cuenta de Facebook del atacante. Ahí, Lex publicó el siguiente mensaje:

Esta publicación tiene tres palabras claves: “chads”, “foids” y “brocels”, todos términos utilizados por integrantes de grupos “incels” en internet.
Pero, ¿qué son los “incels” y qué significan estas palabras? Los “incels” son una subcultura en internet, principalmente compuesta por hombres jóvenes y hasta niños, que también es conocida como “la machosfera” o “redpilleros” (“the manosphere” o “redpillers” en inglés).
En resumidas cuentas, sus integrantes consideran que el progreso de los derechos de las mujeres los ha hecho miserables. La palabra “incel” se refiere a que están “involuntariamente en celibato”. Los seguidores de esta ideología extremista creen que están predestinados a permanecer en soltería, aunque no lo deseen.
Piensan que la genética, algo fuera del control individual, determina el atractivo, por lo que creen que su fracaso en el romance se escapa de su control.
Dudo que algún “incel” me esté leyendo, pero en caso de estar equivocada, le planteo la siguiente teoría: ¿Y si no es tu físico lo que aleja a las mujeres, sino tu personalidad? Digo, es meramente lógico pensar que nos repelerían hombres que ni siquiera reconocen nuestra humanidad.
¿A qué se refiere el término “redpillero”?
El término “redpillero” es una referencia a la película “Matrix”. Ahí, Neo, el personaje principal, tiene la posibilidad de tomar una píldora azul y seguir viviendo su vida cotidiana, u optar por tomar la píldora roja (“red pill”) y darse cuenta de que vive en una simulación.
Para los seguidores de esta ideología, la píldora roja representa el darse cuenta de que los hombres viven socialmente oprimidos por las mujeres, quienes, aseguran, somos capaces de manipularlos a través del sexo.
Dentro de la ideología “incel” además se plantea el término “mercado sexual” (“social market”), comparando las relaciones sexo afectivas heterosexuales con un modelo económico de oferta y demanda que aseguran,, funciona con lo que llaman “la regla 80-20”.
Esta “regla” indica que el 80% de las mujeres únicamente están interesadas en involucrarse sexo afectivamente, con el 20% de los hombres que son más deseables por su físico, su dinero y poder.
Precisamente estos hombres más atractivos que sí tienen “éxito” con las mujeres son a quienes catalogan como “chads”, individuos que los “incels” también detestan. Por eso, que Lex Ashton asesinara a Jesús, un adolescente que estaba con su novia, no me parece coincidencia, sino una decisión deliberada.
Los “incels” utilizan varios anglicismos para comunicarse en clave, principalmente en sitios web poco monitoreados como “4chan” y “Reddit”. La palabra “foid” que aparece en la publicación de Facebook de Lex Ashton es una abreviación de “femoid”, término que utilizan despectivamente para referirse a las mujeres.
En español sería similar a llamarnos “hembras humanas”. Por otro lado, “brocel” hace referencia a los integrantes de estos grupos, como una palabra compuesta por “brother”, hermano en inglés, y la terminación de “incel”. Otras claves de estos grupos son “Stacey” y “Becky”, ambos arquetipos de mujeres.
“Stacey” sería la versión femenina del “Chad”, o sea, una mujer convencionalmente hermosa, pero que sólo está interesada en utilizar a los hombres para subir la escalera social. Mientras tanto, las “Beckys” son mujeres físicamente promedio, que los “incels” afirman tienen más posibilidades románticas que ellos por el simple hecho de ser mujeres.
Los “incels” plantean que todos estos arquetipos son una realidad innegable que no puede ser contrarrestada. Es una postura derrotista y absurda.
Si los incels creen que es injusto que las mujeres puedan utilizar su atractivo físico para manipular emocionalmente a los hombres, ¿por qué se dejan manipular? Para desmantelar el sistema que plantean como una realidad, ¿no bastaría que ellos mismos actúen activamente en su contra?
Razonar con extremistas es prácticamente imposible, por lo que estoy consciente que expreso mis cuestionamientos en vano. Lex Ashton dejó sus motivaciones muy claras. Su mensaje apunta a que el sentirse solo y perdido lo llevó a la radicalización.
Pero el caso del CCH Sur no es el único que respalda la teoría de que los grupos “incels” están detrás de la intimidación contra la comunidad estudiantil. Surgió mayor evidencia después de que se informó de la detención de un sujeto identificado como “Brandon”, el 3 de octubre en Puebla.
La policía cibernética dio con él porque detectó que estaba publicando amenazas contra alumnas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) en una cuenta de Instagram. Después de un cateo le decomisaron un arma de fuego.
La fiscalía local publicó capturas de pantalla del perfil del detenido, mostrando que parte de su nombre de usuario era “incel_buap”. ¿Así o más obvio?

Por si faltaran pruebas, los incels no están intentando esconder que son ellos quienes están detrás de las amenazas de bombas y tiroteos. En un grupo de Facebook de la Facultad de Economía de Ciudad Universitaria se denunció la presencia de una nota amenazante en el baño de hombres del edificio B.
En la nota puede leerse: “Nuestro grupo se encuentra presente y listo para dañar a todos, sobre todo a las perritas”, “Con mucho amor a toda la facultad de economía, la comunidad INCEL”.

En medio de los paros, suspensiones de clases, y desalojos por las amenazas, este martes 7 de octubre, la Fiscalía de la Ciudad de México informó que tienen 19 investigaciones en curso al respecto. No se comenta nada de detenciones ni de la ideología detrás.
Ese mismo día, tanto el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí, como la presidenta Claudia Sheinbaum señalaron que se trataba de un tema de salud mental de los jóvenes.
Durante la conferencia presidencial del martes, dos reporteras le preguntaron a la presidenta sobre las motivaciones de las amenazas: Yulia Bonilla, de La Razón, y Nancy Flores, de Contralínea.
Cuando la primera periodista cuestionó si había algún “indicio sobre quiénes están detrás”, la presidenta se limitó a contestar: “Hay investigación, por parte de la Secretaría, pero no hay todavía nada”.
Ante la insistencia de Nancy, la presidenta optó por pedirle al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, que respondiera por ella. El secretario terminó desviando el tema.
Eso sí, en la conferencia, Sheinbaum añadió que como “solución” se está trabajando “en un programa especial de atención a los jóvenes de salud mental y también a incorporación a distintas actividades que permitan atender la situación particular”.
¿Qué tan normalizado tiene que estar el odio contra las mujeres, que amenazas de extremistas en nuestra contra se ven reducidas a un tema de salud mental?
Si hubiera una agrupación, por ejemplo, que difundiera odio y amenazas contra personas judías, se catalogó como antisemitismo.
Si estos ataques fueran dirigidos contra población afromexicana, se señalaría como racismo. ¿Por qué cuando son grupos machistas radicales los que amenazan con bombardear a alumnas, no se puede llamar por lo que es? Decepcionante de la presidentA.
Para mí es evidente que estas son amenazas terroristas, dado que su único objetivo es imponer terror contra mujeres que se atreven a estudiar y luchar por ser independientes.
No los tacho de terroristas a la ligera, ya hay precedentes jurídicos. El 24 de febrero de 2020, un adolescente de 17 años, Oguzhan Sert asesinó a Ashley Arzaga, de 24 años. La mató en su trabajo dentro de un spa en Toronto, Canadá.
El arma homicida fue una espada que tenía inscrito “Thot slayer”, que en español se traduciría a “asesino de putas”. En junio de 2023, la Suprema Corte de Ontario determinó que el atentado debía ser catalogado como un ataque terrorista, citando como motivación a la ideología “incel”.
Las amenazas de violencia feminicida específicamente contra estudiantes universitarias son algo que no habíamos visto en México, pero sí existen antecedentes. El más claro ejemplo es la masacre de la Escuela Politécnica de Montreal, ocurrida el 6 de diciembre de 1989.
Marc Lépine de 25 años, utilizó un rifle y un cuchillo para asesinar a 14 mujeres. Su objetivo era matar específicamente a estudiantes de ingeniería. Antes de quitarles la vida, les dijo: “Odio a las feministas”.
¿Qué tan frágil debes ser para ver a una mujer con un cuaderno dentro de un aula como una amenaza que debe ser eliminada?
Hay que llamar las cosas por lo que son. Las amenazas contra la UNAM, los CCHs, las FES y la BUAP son actos terroristas motivados por un deseo de violencia feminicida.