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Tiempos compartidos… placer o suplicio
Los tiempos compartidos pueden ser una buena opción vacacional, pero también esconden riesgos y fraudes a los turistas.
Hoy voy a tocar el tema de los tiempos compartidos, que es un tema que surge cuando vamos a destinos turísticos y las empresas inmobiliarias dedicadas a este rubro acechan como tiburones en el mar a los turistas.
El tiempo compartido es un producto que es bueno para aquellas personas que les ha gustado mucho cierto lugar y desean visitarlo por siempre.
También es una buena opción para las familias porque te ahorras dinero al no tener que ir a restaurantes todos los días y cocinas en el departamento y disfrutas las amenidades que te ofrece el “resort”.
Es un producto para consumidores que tienen bien planeadas sus vacaciones y que salen siempre en las mismas fechas.
Cuando sales a lugares turísticos siempre habrán personas en los lobbys de los hoteles acechando para invitarte a desayunos o regalarte boletos para espectáculos si asistes a una presentación que te van a hacer.
Estas invitaciones no son gratis o libres de un fin bien estructurado por grandes empresas inmobiliarias.
Como dice Maribel Vásquez, directora de GMC 360, una empresa dedicada a la prevención de lavado de dinero y gestión de riesgos, “si es muy bueno para ser verdad” debes de tener más precaución al momento de adquirir un tiempo compartido.
La experta me comentaba que en esos desayunos te tratan de intimidar y te cercan para que adquieras el tiempo compartido con diferentes técnicas, que al final te puedes arrepentir.
¿Qué fenómeno se da en México?
Lamentablemente se está dando un fenómeno en México con el tema de los tiempos compartidos en el que grupos delictivos identifican a los propietarios de dichas propiedades y les ofrecen vendérselos o rentárselos y son estafas para “bajarle” dinero a los turistas por comisiones y servicios que nunca se realizan.
La experta señala que hay que advertir ciertas situaciones o “red flags” para evitar un fraude como las siguientes:
- Contacto no solicitado: Sea extremadamente cauteloso con cualquier llamada telefónica, correo electrónico o mensaje de texto no solicitado que ofrezca comprar o alquilar su tiempo compartido.
- Ofertas "demasiado buenas para ser verdad": Las promesas de ventas rápidas a precios superiores a los del mercado son una táctica de engaño clásica.
- Tácticas de alta presión: Los estafadores a menudo crean una falsa sensación de urgencia, insistiendo en que debe tomar una decisión inmediata para no perder la oferta.
- Solicitud de pagos por adelantado: La señal de alerta más clara es cualquier solicitud de pago de "tarifas", "impuestos" o "costos de cierre" por adelantado. Las transacciones legítimas de bienes raíces generalmente deducen estos costos de las ganancias de la venta al cierre, no los exigen por adelantado.
- Investigue a la empresa: Realice búsquedas en línea del nombre de la empresa y de los individuos junto con términos como "estafa", "queja" o "fraude".
- Verifique las licencias: Confirme que cualquier corredor de bienes raíces esté debidamente licenciado en el estado o país donde se encuentra la propiedad.
- Contacte directamente a su resort: Su desarrollador de tiempo compartido es la mejor fuente de información sobre programas legítimos de reventa o salida y puede estar al tanto de estafas dirigidas a sus propietarios.
- Nunca pague con transferencia bancaria: Los estafadores prefieren las transferencias electrónicas porque son casi imposibles de revertir. Niéguese a realizar pagos por adelantado por este medio.
- No comparta información personal: No proporcione información financiera personal, como números de cuenta bancaria o de tarjeta de crédito, por teléfono o correo electrónico a un solicitante no verificado.
El en caso de que usted llegue a ser víctima de un fraude de este tipo cese todo contacto y deje de comunicarse inmediatamente con los estafadores y no envíe más dinero y denuncie su situación antes las autoridades.
Como podemos ver comprar un tiempo compartido no es una decisión difícil que lo debemos hacer con mucha precaución para que ese placer que buscamos no se convierta en un martirio al final.
Nos vemos hasta la próxima!
El editorialista cuenta con más de 33 años de experiencia en el ramo de los bienes raíces en materia de comunicación, campañas y lanzamiento de proyectos inmobiliarios. Desde 1995 es miembro de la National Association of Real Estate Editors (NAREE).
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