Cómo afecta comerse las uñas a la salud y la mente, según la psicología
Conocer el impacto psicológico de comerse las uñas puede ayudar a encontrar formas efectivas de abordar este comportamiento.

La onicofagia, que se refiere al hábito de comerse las uñas, es un comportamiento que muchos pueden considerar una manía.
A menudo tiene sus raíces en factores emocionales y puede requerir atención profesional para su corrección.
¿Cuán común es este hábito?
Este comportamiento es especialmente prevalente entre los más jóvenes. Este grupo es el más vulnerable a presentar este mal hábito.
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Se estima que entre el 30% de los niños de siete a diez años y hasta el 45% de los adolescentes lo practican, lo que plantea la necesidad de abordar esta inquietante tendencia.
¿Qué lo desencadena?
La Fundación TLC señala que morderse las uñas puede ser un reflejo del estrés, la ansiedad o el mal humor.
Los afectados pueden sentir un alivio momentáneo tras cometer el acto, pero suelen experimentar tensión antes de hacerlo, lo que genera un ciclo difícil de romper.
Morderse las uñas no es un simple hábito nervioso; también es algo que causa sentimientos de vergüenza y ansiedad.
Esto a menudo lleva a las personas a evitar situaciones sociales, contribuyendo a un aislamiento que puede ser emocionalmente agotador.
Este acto compulsivo trae consigo consecuencias físicas. Las uñas y cutículas sufren daños visibles, pero también pueden aparecer infecciones y heridas en la boca.
Y siguiendo con las consecuencias físicas, se debe saber que al acentuar este hábito nervioso, se pueden acarrear complicaciones dentales.
El constante morderse las uñas puede incrementar el riesgo de trastornos de ansiedad y del estado de ánimo.
Además, esta lucha interna puede hacer que las personas busquen maneras de ocultar el daño, creando un ciclo complicado que afecta su autoestima.
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¿Qué causa la onicofagia?
Se sabe que la onicofagia en adultos puede surgir por situaciones como la pérdida de empleo o el estrés cotidiano .
Según los expertos en el tema, es fundamental consultar a un profesional, ya que el diagnóstico es simple.
Un psicólogo puede ayudar a manejar la ansiedad y mejorar la autoestima, lo cual es clave para combatir este comportamiento autodestructivo.
¿Qué métodos hay para evitar morderse las uñas?
Si te cuesta resistir la tentación de morderte las uñas, no te preocupes. Existen varias estrategias que pueden ayudarte a dejar este hábito. Aquí te dejamos algunas ideas que te ayudarán a lograrlo:
- Esmalte amargo: Aplicar esmalte de uñas con un sabor desagradable te recordará cada vez que quieras morder, desincentivando el impulso.
- Uñas cortas y cuidadas: Mantener tus uñas bien recortadas y cuidadas disminuye la urgencia de mordisquearlas y sus desencadenantes.
- Hidratación: Usa aceites o cremas para mantener bien hidratadas tus uñas y cutículas, evitando imperfecciones que te inciten a morder.
- Barreras físicas: Ponerte guantes o vendajes limita el acceso a tus uñas, haciendo más difícil el comportamiento automático de morder.
- Alternativas sensoriales: Jugar con una pelota antiestrés o masticar chicles puede satisfacer la necesidad de estímulo oral o táctil, evitando que muerdas.
- Modificar el entorno: Haz pequeños cambios en tu espacio para eliminar los desencadenantes, minimizando las oportunidades de morderte las uñas.
- Registro de episodios: Llevar un diario donde anotes cuándo y por qué muerdes tus uñas te ayudará a tomar conciencia del hábito y trabajar en él.
- Control del estrés: Practicar ejercicio, dormir bien y relajarte te ayudará a reducir la ansiedad, que a menudo desencadena el deseo de morder.
- Apoyo social: Compartir tus metas con amigos o familiares puede brindarte la motivación necesaria y mantenerte constante en tu proceso de cambio.
- Buscar ayuda profesional: Si sientes que el hábito es difícil de controlar, consultar a un psicólogo o dermatólogo puede ofrecerte el apoyo y estrategias necesarias.
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