
Por más de dos décadas, Miguel ha lustrado los zapatos de funcionarios, secretarios e incluso de un expresidente. Hoy resiste, con brocha y grasa, frente a Palacio Nacional.
Por más de dos décadas, Miguel ha lustrado los zapatos de funcionarios, secretarios e incluso de un expresidente. Hoy resiste, con brocha y grasa, frente a Palacio Nacional.