
No es solo una muestra gastronómica: es un recordatorio de que las raíces siguen vivas, se comparten y se defienden en cada fuego encendido bajo tierra. Como cada año, cientos de familias se dieron cita en el parque de San Sebastián

No es solo una muestra gastronómica: es un recordatorio de que las raíces siguen vivas, se comparten y se defienden en cada fuego encendido bajo tierra. Como cada año, cientos de familias se dieron cita en el parque de San Sebastián