Esto se sabe del primer comité de Vigilantes Cocodrilos en Tamaulipas
Siete voluntarios fueron capacitados por Profepa para crear el primer comité dedicado a la vigilancia, educación y convivencia segura con cocodrilos en el sur del estado.

Tamaulipas dio un paso histórico para la conservación de su fauna más emblemática y polémica: el cocodrilo de pantano. La Profepa anunció la creación del primer Comité de “Vigilantes Cocodrilos” en el sur del estado, integrado por siete ciudadanos capacitados de Tampico, Ciudad Madero y Altamira, quienes ahora trabajarán hombro con hombro con autoridades ambientales para proteger esta especie y fomentar una convivencia más segura y responsable.
Entre historias de sustos, encuentros inesperados e incluso afectaciones a mascotas, también hay una realidad: los cocodrilos son parte del ecosistema local y su presencia es tan histórica como los ríos y lagunas que bordean la ciudad.
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Este primer comité representa una evolución en la manera en que la sociedad aborda este tema: no solo desde la emergencia o el miedo, sino desde el conocimiento, la prevención y el compromiso ciudadano.
¿Qué harán los “Vigilantes Cocodrilos”?
La labor de estos voluntarios será diversa:
Colaborar con Profepa en monitoreo y reportes
Difundir información para una convivencia segura
Promover educación ambiental en escuelas y colonias
Alertar sobre actividades ilegales como captura o maltrato
Impulsar respeto hacia la fauna en zonas residenciales y turísticas
Se trata de un esfuerzo activo, de calle, de proximidad con la comunidad, donde vecinos capacitados se convierten en puentes entre la ciudadanía y las autoridades.
¿Por qué Tamaulipas y por qué ahora?
El cocodrilo de pantano está catalogado como especie sujeta a protección especial según la NOM-059-SEMARNAT-2010. En los últimos años, el crecimiento urbano, la disminución de humedales y la falta de conciencia han provocado que los encuentros con cocodrilos aumenten.
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Para muchos vecinos, ver un cocodrilo en una colonia ya no es sorpresa —pero sí una señal de que algo debe hacerse mejor.
Y este modelo llega cuando la sociedad empieza a reconocer que coexistir no significa ignorar, sino entender, prevenir y respetar.
¿Qué representa este comité para la comunidad?
Más allá de las siglas oficiales, esta iniciativa trae algo más valioso: personas comunes diciendo “yo quiero ayudar”.
Vecinos que cambiaron el miedo por información, y la queja por acción.
“Queremos que la gente deje de ver al cocodrilo como enemigo. Es parte de nuestra tierra y de nuestros cuerpos de agua”, expresaron integrantes del proyecto durante su presentación.
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Con este paso, Tamaulipas no solo refuerza su liderazgo ambiental, también muestra que la conservación no ocurre solo en oficinas —ocurre en colonias, lagunas y parques, y nace de gente con ganas de contribuir.
Hoy, los cocodrilos del sur de Tamaulipas no solo tienen biólogos y autoridades de su lado: también tienen vigilantes ciudadanos que buscan que todos —humanos y reptiles— puedan compartir territorio con respeto y responsabilidad.










