No fue nadie a su boda… hasta que invitaron a todo Ciudad Victoria
La historia de amor de Anete y Alejandro en Ciudad Victoria se hizo viral; su boda, inicialmente vacía, se llenó de solidaridad y alegría.
Una boda en Ciudad Victoria conmovió a todo Tamaulipas; los novios son Anete y Alejandro, una hermosa pareja que, a pesar de las adversidades, su amor lo puede todo. Aquí te contamos cómo fue que su fiesta de bodas, que pintaba a no tener asistentes, se transformó en la mejor noche de sus vidas invitando a todo Tamaulipas.
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¿Qué ocurrió?
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Anete y Alejandro son dos jóvenes que celebraban su noche de bodas, el día que debía ser el mejor de sus vidas en compañía de sus amigos y familiares; sin embargo, algo inesperado e inusual ocurrió… A la hora de la celebración, ya con el salón decorado, pista de baile, comida y bebida, solo había alrededor de 25 personas.
Al no haber asistentes en la boda, los novios, en vez de mostrar una actitud triste, lo tomaron de la mejor manera, Anete luciendo radiante con una sonrisa de oreja a oreja acompañada de Alejandro, quien también se veía contento. Los novios decidieron hacer una invitación masiva para que la comida se aprovechara; empezaron a hacer un llamado a todos los que quisieran asistir; incluso en medios de comunicación se difundió la invitación y fue todo un éxito.
¿Por qué no había asistentes en la boda?
La boda en un inicio no tenía asistentes debido a una situación más grave de lo que se pudiera pensar; el novio y su familia son originarios de Tabasco y lamentablemente atraviesan una triste situación: la madre de Alejandro se encuentra en estado de cáncer terminal y por ese motivo ni ella ni otros familiares pudieron viajar a Ciudad Victoria.
No obstante, lo que pintaba a ser una noche triste por la falta de asistentes se convirtió en una fiesta donde la solidaridad, el entusiasmo y el buen corazón de los victorenses se hizo notar en el salón Jardín del 11 Allende, pues comenzó a llegar gente sin conocer directamente a los novios para acompañarlos y llevarles regalos, deseándoles lo mejor en esta nueva etapa.
¿Cómo terminó la boda?
Al final fue una historia feliz, con una boda que seguro ni Anete ni Alejandro olvidarán. Esa noche se unieron dos corazones y también los victorenses, demostrando que existe el buen corazón y, por supuesto, un espíritu alegre que, sin importar el parentesco, está para apoyar a sus hermanos victorenses.
