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5 datos que no sabías sobre el olivo de San Javier y que te sorprenderán

Foto: Lupa Política / Facebook | Más Noticias de BCS / Facebook
Por:Rosalva Castro

Entre los muros de piedra de la Misión de San Francisco Javier, en la Sierra de La Giganta, crece un árbol que ha sobrevivido a siglos de historia, sol, sequía y olvido.

Es conocido como el olivo de San Javier, y aunque a simple vista parece un árbol más en una huerta antigua, carga con más de 300 años de historia.

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5 datos que no poco conocidos del Olivo de San Javier

Este ejemplar, que sigue dando fruto, es uno de los árboles más longevos documentados en Baja California Sur, y forma parte de las huertas que los misioneros jesuitas establecieron en 1699. Aquí te contamos cinco datos poco conocidos que lo hacen aún más especial.

1. No es mexicano

El olivo (Olea europaea) no es una especie nativa de México. Fue traído por misioneros jesuitas desde Europa en el siglo XVII para cultivar aceite, alimento y sombra en las misiones.

El de San Javier es uno de los primeros olivos plantados en América del Norte, y uno de los pocos que sobrevive en el mismo lugar desde su siembra original.

Foto: Más Noticias de BCS / Facebook

2. Tiene más de 300 años… y todavía da aceitunas

Pese a su antigüedad, el árbol sigue vivo y en producción. En temporada, aún puede verse cargado de pequeñas aceitunas, es una prueba de que, en condiciones adecuadas, un árbol puede vivir siglos y seguir generando fruto.

Algunos investigadores consideran que este tipo de longevidad es poco común en especies introducidas.

3. Es uno de los árboles más antiguos documentados en Baja California Sur

Aunque hay muchas especies longevas en la sierra y el desierto sudcaliforniano como los cactus, el olivo de San Javier destaca porque se sabe con precisión cuándo fue plantado. Fue sembrado alrededor de 1699, lo que lo convierte en uno de los árboles más antiguos con registro histórico en el estado y en México.

Foto: Lupa Política / Facebook

4. No está solo

El árbol se encuentra en la huerta misional de San Javier, donde también hay palmas datileras, granados, limoneros y vides.

Este sistema agrícola fue parte de la autosuficiencia jesuita en la península y se mantiene hasta hoy, como testimonio del choque entre lo natural y lo introducido. Visitar el olivo es también una visita al primer modelo agrícola de Baja California Sur.

5. Es símbolo local, leyenda y punto turístico

Además de su valor botánico, el olivo ha ganado un lugar en la cultura popular de la región. Se han contado historias de parejas que han concebido hijos tras visitarlo, peregrinos que lo tocan para pedir salud, y familias que lo visitan como si fuera un monumento vivo.

San Javier ha hecho del olivo una parte de su identidad.

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Huerta El Olivar detrás de la Misión de San Francisco Javier. Foto: Cindy Anahí / Facebook

Un árbol antiguo que sigue en pie en BCS

En un estado donde el sol, el polvo y la prisa lo desgastan todo, el olivo de San Javier es una excepción. Plantado hace más de tres siglos, aún sigue enraizado al mismo suelo y a la misma historia.

No es el árbol más alto, ni el más frondoso, pero sí uno de los más resistentes y simbólicos de Baja California Sur.

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¿Por qué importa conservar árboles como el olivo de San Javier?

Más allá de su edad o rareza, el olivo de San Javier representa un vínculo entre historia, naturaleza y comunidad. Árboles como este ayudan a mantener la biodiversidad, sostienen tradiciones locales, y son una herramienta viva para contar el pasado.

En tiempos donde el cambio climático y la urbanización acelerada amenazan los ecosistemas, proteger ejemplares con valor histórico y biológico es también proteger la identidad de un territorio.

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Olivo de San JavierÁrboles antiguosBaja California Sur