Coahuila en la industria automotriz, ¿cuántas plantas hay en el estado?
Coahuila se ha consolidado como uno de los gigantes de la industria automotriz en México, generando el 20 % de todos los vehículos fabricados en el país.
Este liderazgo no solo se refleja en la producción de unidades, sino también en su papel como principal fabricante de autopartes, con una participación del 14.9% a nivel nacional, equivalente a más de 7,900 millones de dólares anuales.
Este desarrollo es resultado de un clúster automotriz fortalecido durante décadas, gracias a inversiones constantes, mano de obra calificada y una ubicación estratégica para el comercio internacional.
El estado no solo produce vehículos de combustión interna, sino que también avanza en infraestructura para la fabricación de autos eléctricos y componentes clave como baterías y sistemas de propulsión.
¿Qué empresas automotrices tienen plantas en Coahuila?
El estado alberga instalaciones de algunas de las marcas más reconocidas en el mundo:
- Freightliner–Daimler México (Saltillo): Planta inaugurada en 2009 dedicada a la fabricación de camiones de carga.
- Magna Powertrain (Ramos Arizpe): Especializada en componentes para sistemas de tren motriz.
- General Motors (Ramos Arizpe): Produce vehículos y desarrolla infraestructura para autos eléctricos, baterías y sistemas de propulsión.
- Stellantis (Derramadero, Saltillo): Ensambla camionetas RAM y fabrica motores.
¿Por qué Coahuila es un polo automotriz clave en México?
Su liderazgo se explica por varios factores:
- Producción de vehículos: El 20% de los automóviles fabricados en México salen de plantas coahuilenses.
- Producción de autopartes: Aporta el 14.9% de toda la producción nacional, un valor estimado en 7,900 millones de dólares.
- Infraestructura y logística: Carreteras, parques industriales y cercanía con la frontera de Estados Unidos favorecen la exportación.
¿Qué retos y oportunidades enfrenta la industria en Coahuila?
El sector atraviesa una etapa de transición hacia la electromovilidad, con inversiones millonarias para la producción de autos eléctricos. Esto supone una oportunidad para diversificar la producción y mantenerse competitivo a nivel global.
Sin embargo, también enfrenta desafíos como la escasez de mano de obra calificada en nuevas tecnologías, la presión por cadenas de suministro más sostenibles y la competencia de otros estados y países.