Esta planta nativa de Coahuila puede prevenir cáncer; es favorita en el norte de México
Originario del noreste de México, el chile piquín es una hortaliza ancestral que ha sido parte esencial de la cocina tradicional del país desde hace miles de años.
Aunque es pequeño en tamaño, sus beneficios son significativos, ya que combate el envejecimiento celular, mejora la digestión y, según diversos estudios, su consumo frecuente puede incluso ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer.
Este fruto silvestre se encuentra principalmente en estados como Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, donde forma parte de guisos, salsas y botanas típicas. Además de su sabor picante, el chile piquín destaca por su riqueza en compuestos bioactivos como la capsaicina, conocida por sus efectos anticancerígenos.
¿Por qué el chile piquín puede ayudar a prevenir el cáncer?
El chile piquín contiene una alta concentración de capsaicina, un compuesto activo que ha sido estudiado por su capacidad de inhibir el crecimiento de células cancerígenas. Diversas investigaciones lo reconocen como un aliado natural en la prevención del cáncer, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.
Además, al actuar como vasodilatador, la capsaicina favorece una mejor circulación sanguínea y contribuye al correcto funcionamiento del corazón.
¿Qué otros beneficios aporta el chile piquín a la salud?
Este chile no solo resalta en la gastronomía, sino que también ofrece un conjunto de beneficios que lo convierten en un remedio natural:
- Mejora la digestión y protege contra bacterias como la salmonela.
- Funciona como analgésico natural, aliviando dolores leves.
- Contribuye al metabolismo, ayudando a quienes buscan controlar su peso.
- Protege el hígado gracias a la presencia de eugenol, una sustancia con efecto hepatoprotector.
- Actúa como antioxidante, combatiendo el envejecimiento prematuro de las células.
¿Cuál es la historia y el uso tradicional del chile piquín en el norte del país?
Este ingrediente ha sido parte de la dieta mexicana desde al menos el año 7000 a.C., con registros de su uso en zonas como Tamaulipas y Puebla.
En estados como Coahuila y Nuevo León, es común encontrarlo seco o fresco en mercados locales, ya sea para preparar salsas o acompañar carnes asadas.
El chile piquín se deshidrata cuidadosamente para conservar su intensidad, lo que lo hace ideal para consumirse durante todo el año sin perder su fuerza ni su sabor característico. Aunque pequeño, es uno de los chiles más picantes de México, y su uso sigue vigente tanto en la cocina como en remedios caseros.
Más allá de su intensidad en sabor, el chile piquín representa una conexión directa con la herencia cultural y culinaria del norte de México.