Foto: X (@laminuta)
Ambientalistas de Madero, Michoacán enfrentan amenazas y ataques del CJNG
En el municipio de Madero, Michoacán, la protección de los bosques se ha convertido en una labor de vida o muerte.
De acuerdo con una investigación publicada por Proceso, los ambientalistas que denuncian la tala ilegal, el saqueo de agua y la expansión aguacatera enfrentan una nueva fase de violencia: la extorsión sistemática del crimen organizado.
Una célula del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), encabezada por Ángel Herrera, alias “Sierra 1” o “El Apá” , opera en la zona desde hace más de diez años y ha sometido a defensores, resineros y campesinos con amenazas y cobros abusivos.
¿Cómo opera la red de extorsión del CJNG contra resineros y defensores ambientales?
Michoacán es uno de los principales productores de resina de pino en el país, un recurso que el CJNG ha convertido en botín.
Los criminales exigen hasta 50% de las ganancias por kilo, valuado en más de 400 pesos; quien se niega enfrenta despojo de propiedades o ataques directos.
El caso de Modesto Gutiérrez, campesino y padre de siete hijos, evidencia esta violencia: tras ser presionado para entregar medio millón de pesos y una camioneta, de los cuales solo pudo pagar 50 mil, fue asesinado y su cuerpo abandonado en un camino serrano.
¿Qué atentados recientes han sufrido los ambientalistas de Madero?
Los días 6 y 7 de noviembre de 2025 marcaron uno de los episodios más graves. Comandos armados vinculados al CJNG atentaron contra las viviendas de Javier Gómez y Guillermo Saucedo Gamiño, integrantes del Comité Ecológico del Consejo Promotor del Área Natural Protegida de Madero.
Un Camaro gris disparó contra la casa de Gómez; una mujer murió y su esposo resultó herido en un ataque colateral.
Horas después, dos camionetas intentaron entrar al domicilio de Saucedo para matarlo; el ambientalista huyó hacia el cerro.
Esa misma noche, un tercer tiroteo buscó nuevamente a los defensores, quienes sobrevivieron ocultos en el monte hasta el amanecer.
Según testimonios recogidos por Proceso, al pedir auxilio al alcalde Juan Carlos Gamiño, los ambientalistas recibieron una respuesta devastadora: “No puedo. No me hacen caso”, dijo el edil en referencia a los 12 policías municipales bajo su mando.
Habitantes aseguran haber visto a hombres armados ingresar a la presidencia municipal y reunirse con el alcalde, lo que alimenta las sospechas de colusión.
¿Qué papel han jugado las corporaciones estatales y federales?
Los operativos de la Guardia Civil de Michoacán y la Guardia Nacional han sido breves, insuficientes y sin capacidad de frenar la operación criminal en comunidades como El Sangarro, Etúcuaro, El Capulín y Villa Madero.
La Fiscalía estatal ha otorgado medidas de seguridad a algunos ambientalistas, pero estos aseguran que son ineficaces y que la policía municipal no ofrece protección real.
El cobro de cuotas no se limita a los defensores ambientales; resineros, aguacateros, limoneros y productores de fruta enfrentan extorsiones constantes que, en algunos casos, alcanzan la mitad de sus ingresos.
La muerte del maestro mezcalero Sergio Rangel Vieyra en mayo y enfrentamientos recientes con más de seis muertos demuestran que la extorsión se acompaña de asesinatos ejemplares para controlar a la población.
¿Qué antecedentes de amenazas existen contra líderes ecologistas?
Los defensores de Madero arrastran años de agresiones; Guillermo Saucedo fue secuestrado en 2022 y liberado tras ser advertido de que debía dejar de denunciar.
En fechas recientes, amenazas difundidas en redes sociales han señalado como “objetivos” a líderes ambientales como Julio Santoyo Guerrero, académico y miembro del Consejo Estatal de Ecología.