La transformación del sistema penitenciario femenil en Nuevo León
La historia de cientos de mujeres privadas de la libertad en Nuevo León ha cambiado en los últimos años.
Desde el cierre del antiguo Penal del Topo Chico, ellas encontraron una nueva oportunidad en el Centro de Reinserción Social Femenil de Escobedo, un espacio donde la seguridad se combina con la educación, la salud emocional y la capacitación laboral.
POSTA platicó con Silvia Uribe, la directora del centro, quien compartió cómo ha sido el proceso de transformación y reinserción que hoy distingue al penal femenil del resto del país.
Del caos del Topo Chico a la reconstrucción personal
La directora recordó que muchas de las mujeres que llegaron a Escobedo lo hicieron en condiciones muy difíciles, marcadas por años de hacinamiento y violencia en el extinto penal del Topo Chico.
Cuando llegaron, venían con miedo, con desconfianza, con muchas heridas emocionales. Pero poco a poco han entendido que este espacio no es un castigo, sino una oportunidad para reconstruirse
Silvia Uribe - Directora del Centro de Reinserción Social Femenil de Escobedo
Desde entonces, el centro ha trabajado en fortalecer la salud mental, el acompañamiento psicológico y el sentido de comunidad entre las internas.
Talleres que transforman vidas
En la actualidad, el Centro de Reinserción Social Femenil de Escobedo ofrece talleres de carpintería, repostería, manualidades, corte y confección, tejido, pintura y cosmetología, además de programas educativos en coordinación con la Secretaría de Educación y universidades locales.
Las mujeres pueden terminar sus estudios de primaria, secundaria y preparatoria, e incluso algunas han iniciado formaciones técnicas que les permitirán conseguir empleo al recuperar su libertad.
La meta no es solo que cumplan su sentencia, sino que salgan listas para reintegrarse a la sociedad con herramientas reales
Silvia Uribe - Directora del Centro de Reinserción Social Femenil de Escobedo
Programas de apoyo emocional y social
A la par de los talleres productivos, se ofrecen terapias psicológicas, orientación familiar y programas de valores, así como actividades culturales y deportivas que fomentan la convivencia y el autocuidado.
También existen convenios con asociaciones civiles y empresas que apoyan en la reinserción laboral y en la capacitación constante.
Un modelo de reinserción que inspira
El Centro Femenil de Reinserción Social de Escobedo se ha convertido en un modelo de referencia en el norte del país.
Con disciplina, educación y apoyo, las mujeres privadas de la libertad están demostrando que es posible cambiar su historia.
Reinsertar no es solo liberar. Es darles la oportunidad de volver a creer en ellas mismas y construir un futuro distinto
Silvia Uribe - Directora del Centro de Reinserción Social Femenil de Escobedo