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¿Los perros pueden distinguir sus juguetes, según la ciencia?
Los perros han sorprendido a la ciencia una vez más, pues investigadores de la Universidad Eötvös Loránd, en Budapest, comprobaron que ciertos canes son capaces de identificar sus juguetes de una manera mucho más compleja de lo que se pensaba.
Este hallazgo se observó en un grupo de perros llamados “aprendedores de palabras talentosos” (Gifted Word Learners), los cuales tienen la capacidad de memorizar nombres y asociarlos con acciones.
Los resultados sugieren que los animales no solo aprenden por repetición, sino que pueden elaborar representaciones mentales de sus objetos favoritos.
¿Cómo logran los perros identificar sus juguetes?
En los experimentos, los perros primero convivieron con diferentes grupos de juguetes organizados según su función: unos para lanzar, otros para buscar o jalar.
Lo interesante es que, aun cuando se les presentaron objetos completamente nuevos, fueron capaces de reconocerlos y asignarlos al grupo correcto solo por la actividad que implicaban.
Esto significa que, al recibir la instrucción de traer un juguete para “buscar”, podían elegir el indicado incluso si nunca lo habían visto antes, lo que revela que entendían la acción más allá del aspecto físico.
¿Qué importancia tiene este hallazgo para la ciencia?
El descubrimiento apunta a que los perros pueden procesar conceptos similares a los que usan los niños pequeños al clasificar objetos por su función.
Lejos de ser simples repeticiones de órdenes, esta habilidad muestra un nivel de cognición más complejo en la relación con los humanos y con su entorno.
Aunque el estudio se centró en un grupo muy particular de canes, la comunidad científica ya explora si esta capacidad podría encontrarse, en menor escala, en perros comunes que crecen en ambientes estimulantes.
¿Qué significa esto para quienes conviven con perros?
Para los dueños, esta investigación representa una oportunidad de entender mejor cómo aprenden sus mascotas, al introducir distintos juguetes y asociarlos con acciones claras, se puede enriquecer el vínculo y estimular la inteligencia del perro.
Más que un simple pasatiempo, jugar con diferentes objetos se convierte en una manera de potenciar la memoria, la concentración y la comunicación entre humanos y canes.
La ciencia confirma que los perros son mucho más que grandes compañeros, también son capaces de aprender de forma compleja y funcional.