El espacio histórico del sur de Tamaulipas que está lleno de polémicas paranormales

Ubicado a unos metros de Playa Miramar, el Antiguo Hospital Naturista de Ciudad Madero, también conocido como el “Hospital del Terror”, es uno de los espacios abandonados más enigmáticos de Tamaulipas.

Inaugurado en los años 80 como centro de rehabilitación alternativa, cerró poco tiempo después, y desde entonces ha sido escenario de mitos, recorridos clandestinos y supuestos fenómenos paranormales. A pesar del abandono, el edificio sigue atrayendo a curiosos, cazadores de leyendas y exploradores urbanos.

¿Qué historia real hay detrás de este hospital en ruinas?

El edificio, originalmente llamado Centro Naturista de Rehabilitación “Juan Álvarez Díaz”, fue construido como un ambicioso proyecto de salud integral con base en terapias naturales. Sin embargo, por problemas administrativos, bajo uso y falta de financiamiento, cerró en 1989, apenas cinco años después de su apertura.

Desde entonces, el inmueble quedó a la deriva, sin resguardo adecuado, y comenzó a deteriorarse rápidamente. Con el paso del tiempo, su abandono lo convirtió en un punto frecuente para grafiteros, practicantes de gotcha y, más recientemente, youtubers de contenido paranormal.

¿Qué tipo de fenómenos se reportan en el lugar?

Diversos testimonios aseguran haber escuchado gritos, pasos, lamentos y hasta avistado figuras dentro del edificio, sobre todo durante la noche. Uno de los relatos más persistentes es el de “La Planchada”, una supuesta enfermera de uniforme blanco que se aparece en los pasillos.

También se habla de sombras que cruzan escaleras y voces que provienen del antiguo quirófano. Si bien no existe evidencia científica de estas afirmaciones, el número de personas que afirma haber vivido alguna experiencia extraña sigue creciendo, lo que mantiene viva la polémica y el interés mediático.

¿Cuál es la postura de las autoridades ante este espacio abandonado?

A pesar de los múltiples intentos ciudadanos por convertir el edificio en un centro cultural o deportivo, el lugar continúa sin un destino oficial.

Autoridades de Ciudad Madero han reconocido que el edificio representa un riesgo para quienes se adentran sin autorización, pero hasta ahora no se ha concretado un proyecto para su recuperación. Mientras tanto, el hospital sigue formando parte del imaginario colectivo, entre la historia y la superstición.