¿Qué capacidad tiene la Presa Vicente Guerrero para convertirse en la sexta más grande de México?
Ubicada entre montañas y extensas planicies, la Presa Vicente Guerrero no solo es un ícono del paisaje tamaulipeco, también lo es de la infraestructura hidráulica de México.
Su capacidad de almacenamiento la coloca como la sexta presa más grande del país, desempeñando un papel vital en el abasto de agua y el desarrollo agrícola del noreste mexicano.
Con una capacidad total de 3,917 millones de metros cúbicos, este cuerpo de agua artificial es el más importante de Tamaulipas y uno de los más extensos del territorio nacional. Inaugurada en 1971, la presa fue construida en el cauce del río Corona, a escasos kilómetros de Ciudad Victoria, y ha sido fundamental para controlar avenidas de agua, almacenar líquido para consumo humano, y para el riego de miles de hectáreas agrícolas.
¿Qué convierte a la Presa Vicente Guerrero en una de las más importantes de México?
Su capacidad de almacenamiento y extensión territorial la hacen destacar. Comparte lugar entre las más grandes del país junto a presas como la Angostura, Infiernillo y Malpaso. Además, abastece de agua no solo a Ciudad Victoria, sino también a comunidades rurales y zonas de cultivo en el centro del estado.
¿Qué retos enfrenta actualmente esta presa emblemática?
Aunque tiene una enorme capacidad, las sequías prolongadas de los últimos años han afectado sus niveles.
En periodos críticos, la presa ha llegado a estar por debajo del 30% de su capacidad, lo que ha encendido las alertas tanto en autoridades estatales como federales, especialmente ante escenarios de estrés hídrico para la población y el sector agrícola.
¿Qué papel juega en el desarrollo económico y ambiental del estado?
La Presa Vicente Guerrero no solo almacena agua; también es un motor económico. Su entorno permite la pesca deportiva, el turismo ecológico y actividades recreativas, además de garantizar el riego agrícola. En sus aguas y alrededores, miles de familias dependen directa o indirectamente de su estabilidad hídrica.
El equilibrio de este gigante de concreto y agua depende del clima, pero también de una gestión responsable del recurso. Preservar la Vicente Guerrero no es solo una necesidad técnica: es una obligación con el futuro de Tamaulipas.