Reynosa se queda sin agua por esta razón
Reynosa enfrenta una severa crisis hídrica luego de que los niveles del río Bravo descendieran a niveles críticos, impidiendo que las bombas pudieran operar con normalidad.
Ante esta situación, la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) Reynosa anunció la suspensión temporal de la extracción de agua cruda del río, tras recibir restricciones por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA).
"El nivel ya es tan bajo que las bombas simplemente no pueden sacar agua", explicó Honorio Cortázar, secretario técnico de Comapa, después de una reunión de emergencia con autoridades de Conagua.
La situación se agrava por el pago de deuda de agua que México realiza a Estados Unidos, el cual se ha cubierto con volúmenes almacenados en las presas La Amistad (Coahuila) y Falcón (Tamaulipas), actualmente en niveles alarmantes de 8.2% y 6.2% de su capacidad, respectivamente.
¿Cómo afecta la crisis de agua a los habitantes de Reynosa?
La Comapa alertó que habrá reducción en el suministro a las plantas potabilizadoras, lo que generará baja presión o incluso falta de agua en colonias altas o alejadas del centro urbano.
Aunque se gestionó un bloque adicional de agua cruda, el servicio dependerá de envíos controlados y temporales, lo cual no garantiza estabilidad en el abasto.
"El agua ya viene en camino; en unas horas reanudaremos el bombeo. Pero este modelo de operación por bloques podría mantenerse indefinidamente", señaló Cortázar, quien recalcó la necesidad de adaptarse a esta nueva modalidad de distribución para evitar una crisis aún mayor.
¿Qué acciones debe tomar la población de Reynosa ante la crisis de agua?
Ante este escenario, el llamado es claro: usar el agua con responsabilidad.
"Ya no hay abundancia. Eso de disponer del agua como quisiéramos, ya no se va a poder. Tenemos que cuidarla más que nunca", advirtió Cortázar.
La situación de Reynosa refleja una nueva realidad hídrica para el norte de Tamaulipas y otras zonas fronterizas, donde el agua deja de ser un recurso garantizado y se convierte en un bien limitado que requiere conciencia y colaboración de toda la población.