Alerta en Bacalar: ¿qué tan peligrosa es la presencia del pez diablo en el Cenote Negro?
La reciente aparición del pez diablo en el Cenote Negro de Bacalar ha encendido las alertas entre científicos y ambientalistas. Esta especie invasora, originaria del Amazonas, representa una amenaza directa para la biodiversidad de la laguna, afectando no solo el ecosistema sino también la actividad turística y pesquera de la región.
¿Qué es el pez diablo y por qué preocupa su presencia en Bacalar?
El pez diablo (Hypostomus plecostomus), también conocido como chupaalgas, es una especie invasora con gran capacidad de adaptación. Puede sobrevivir fuera del agua hasta por tres días y cada hembra puede poner hasta 3,000 huevos, lo que acelera su propagación. En Bacalar, fue hallado recientemente un ejemplar hembra con huevecillos en el Cenote Negro, lo que confirma su proceso de reproducción en este cuerpo de agua.
Aunque el 'pez diablo' es conocido por alimentarse de algas y mantener limpias las peceras, en ecosistemas abiertos representa una amenaza al convertirse en una especie invasora que pone en riesgo a otras poblaciones, ya que consume huevos y crías de peces nativos.
Se trata de una especie altamente resistente, capaz de adaptarse fácilmente y sobrevivir hasta 14 horas fuera del agua corriente.
¿Qué daños puede causar el pez diablo en la laguna?
Su comportamiento bentónico y su dieta agresiva ponen en riesgo a los estromatolitos, estructuras únicas que sustentan vida microbiana milenaria, y a especies nativas como alevines de peces endémicos. Además, al no tener depredadores naturales, el pez diablo compite por alimento y espacio, desequilibrando el ecosistema.
Esto también representa una amenaza para la pesca local y la economía basada en el turismo ecológico.
¿Qué acciones se están tomando ante esta especie invasora?
Investigadores de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) han comenzado a estudiar el caso para confirmar la magnitud del problema. Aunque ya existen campañas de concienciación en zonas como el Río Hondo, se requiere evidencia científica sólida en Bacalar antes de tomar decisiones.
Las autoridades ambientales han sido notificadas y se espera implementar medidas de control para frenar su propagación en el Caribe mexicano.