El desconocido pueblo mágico donde puedes probar 35 tipos de maíz y está a 2 horas de CDMX
En el corazón del estado más pequeño del país, existe un pueblo lleno de secretos históricos, gastronómicos y prehispánicos bien guardados, y lo mejor de todo es que solo está a 3 horas de CDMX.
El tráfico, el bullicio y la rutina pueden hacer que incluso el restaurante más original de la CDMX pierda su encanto. Cuando ni los cafés temáticos ni los parques urbanos logran relajarte, es hora de cambiar de escenario.
Afortunadamente, a solo unas horas de la capital, hay un lugar que no solo promete descanso, sino también historia, naturaleza, sabores únicos y una desconexión real.
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¿Dónde puedes encontrar relajación cerca de CDMX?
En el corazón del estado más pequeño del país, existe un pueblo lleno de secretos bien guardados. Su historia se remonta al siglo XVI, cuando los franciscanos construyeron la capilla de la Preciosa Sangre de Cristo, hoy parte del templo de San Juan Bautista, uno de los más antiguos del lugar.
Las torres de cantera gris de este conjunto religioso se alzan majestuosas, una de ellas considerada la más alta de todo el estado y hogar de su campana más grande.
Pero este lugar no vive solo del pasado. Muy cerca, el Cerro Xalapasco, conocido como “el señor de los diez cráteres”, ofrece una aventura natural sin igual. Con cráteres formados por antigua actividad volcánica, es ideal para acampar, practicar senderismo o lanzarte en una rodada ciclista con vistas espectaculares.
¿Y cómo se llama este pueblo mágico cerca de la CDMX?
Este pueblo mágico se llama Ixtenco, ubicado en el estado de Tlaxcala y está a solo tres horas de la CDMX, pero parece estar en otro mundo.
Uno donde el maíz cobra un protagonismo inédito: aquí se siembran más de 35 variedades distintas, de tonos que van desde el azul profundo hasta el rojo carmín, pasando por variedades únicas como el “maíz ajo” o el “gatito”.
Estas semillas no solo son visualmente impactantes, también dan origen a tortillas de colores y sabores que no encontrarás en ningún otro lugar.
La gastronomía local no se queda atrás. Desde el tradicional mole de ladrillo hecho con chile guajillo hasta platillos más atrevidos como los gusanos de maguey en su jugo o el atole agrio de maíz morado, la cocina de Ixtenco es una experiencia sensorial completa.
Y para los más curiosos, los pinoles, tlaxcalas y empedrados ofrecen una muestra de lo que la tradición ha sabido preservar.
Ahora que si sientes que tres horas son demasiado camino, hay otras opciones de lugares más de CDMX, ideales para descansar, como este pueblo mágico dedicado a los burros y que está a solo una hora de la capital.
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¿Qué más puedes explorar en los alrededores de este pueblo cerca de CDMX?
Además de su encanto natural y gastronómico, Ixtenco está rodeado de antiguas haciendas que hoy se convierten en paradas obligadas para quien busca una inmersión histórica. La ex Hacienda San Antonio, San José Bautista, San Santiago y San Cristóbal cuentan con leyendas propias, algunas incluso hablan de tesoros aún escondidos.
Si buscas quedarte a dormir, en el camino hacia Huamantla está la Hacienda Soltepec, construida en 1712 para la producción de pulque y hoy convertida en un hotel lleno de historia y estilo.
Así que si estás buscando una escapada que combine descanso, cultura y aventura, Ixtenco podría ser justo lo que necesitas para desconectarte y volver a conectar contigo mismo.
Ahora ya conoces un lugar ideal si lo que quieres es descansar y, ya que andas cerca de ahí, te recomendamos que también visites el pueblo mágico de Huamantla, un lugar donde nadie duerme.
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