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Coahuila

Este animal nativo de Coahuila puede ir a 40 kilómetros por hora

Este animal nativo de Coahuila puede correr a 40 kilómetros por hora y sirve para controlar las plagas en el ecosistema.

Matorrales de Coahuila. Foto de Luis Miguel Quintanilla.
Matorrales de Coahuila. Foto de Luis Miguel Quintanilla.

Publicado el

Por: Ana Escobedo

En los paisajes áridos y semiáridos de Coahuila, es común ver a un peculiar habitante del desierto cruzar caminos a toda velocidad. Se trata del correcaminos (Geococcyx californianus), un ave nativa del norte de México y símbolo del ecosistema desértico.

En Coahuila, su presencia es frecuente en zonas como San Pedro y áreas cercanas a la Reserva de la Biósfera de Mapimí, donde se le puede observar corriendo velozmente entre la vegetación xerófila.

¿Dónde vive el correcaminos en Coahuila?

El correcaminos se adapta bien a distintos hábitats secos, especialmente aquellos caracterizados por temperaturas extremas y vegetación dispersa. En Coahuila, puede encontrarse en:

  • Desiertos y matorrales xerófilos, con plantas resistentes a la sequía como mezquites y gobernadoras.
  • Pastizales y chaparrales, donde predominan arbustos bajos y terreno abierto.
  • Orillas de caminos rurales y carreteras, ya que es común verlo desplazarse por terrenos despejados.

Esta especie es parte del ecosistema del desierto chihuahuense, que abarca una gran parte del territorio coahuilense y se extiende hasta el suroeste de Estados Unidos.

¿Qué lo hace tan veloz?

Una de las principales características del correcaminos es su capacidad para correr a gran velocidad. Aunque es un ave, rara vez vuela. Prefiere desplazarse por tierra gracias a:

  • Patas largas y fuertes, con dedos adaptados para la carrera rápida.
  • Un cuerpo esbelto y ligero, que le permite moverse con agilidad entre arbustos y rocas.
  • Reflejos rápidos y movimientos coordinados, esenciales tanto para cazar como para escapar de depredadores.

Puede alcanzar velocidades de entre 30 y 40 kilómetros por hora, lo cual lo convierte en uno de los corredores más rápidos entre las aves terrestres.

¿Cómo es físicamente el correcaminos?

El correcaminos es fácil de identificar por su aspecto singular:

  • Mide entre 50 y 60 centímetros de largo.
  • Tiene una cola larga y casi siempre erguida.
  • Su plumaje es de tonos marrones, negros y blancos, con rayas que lo camuflan bien en su entorno.
  • Posee una cresta eréctil en la cabeza y un llamativo parche de piel azul y roja detrás de los ojos.

Estas características lo hacen inconfundible entre las especies del norte del país.

¿Qué come y cómo se comporta?

El correcaminos es un depredador oportunista . Se alimenta principalmente de insectos grandes como saltamontes y escarabajos. Lagartijas y serpientes, incluso víboras de cascabel, a las que ataca con precisión. Además de roedores pequeños, aves jóvenes, arácnidos como alacranes y arañas.

Es un ave diurna, activa sobre todo en las primeras horas del día. Aunque puede volar, solo lo hace en trayectos cortos, pues se siente más cómodo en tierra firme.

¿Por qué es importante para el ecosistema?

El correcaminos cumple una función ecológica clave en los desiertos de Coahuila. Al alimentarse de diversas especies de fauna, ayuda a controlar las plagas. 

Esto contribuye al equilibrio natural del ecosistema desértico y lo convierte en un regulador biológico natural. Además, su presencia indica un entorno relativamente sano, con suficiente biodiversidad para sostener su dieta variada.

¿Qué tan común es en Coahuila?

El correcaminos se ha reportado en distintos puntos del estado, pero es especialmente visible en:

  • San Pedro de las Colonias, donde el paisaje abierto favorece su movilidad.
  • Zonas próximas a la Reserva de la Biósfera de Mapimí, un área natural protegida que conserva especies adaptadas al desierto.
  • Áreas rurales cercanas a carreteras o caminos poco transitados.

Aunque no es una especie en peligro, enfrenta amenazas indirectas como la pérdida de hábitat por el crecimiento urbano, el tráfico vehicular y la reducción de presas naturales debido a cambios en el uso del suelo.

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