El negocio de Durango que lleva un siglo vendiendo productos de papelería
Este negocio de Durango abrió sus puertas en 1921 y a partir de ese momento no ha dejado de trabajar.

En pleno Centro Histórico de la ciudad de Durango, existe un negocio que hace poco más de un siglo abrió sus puertas y permanece en el mercado.
Se trata, sin duda, de uno de los establecimientos más conocidos de la capital, que, a pesar de la competencia y los nuevos requerimientos de los clientes, ha logrado adaptarse y así, seguir en el mundo empresarial.
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¿Cuál es el negocio que lleva más de 100 años vendiendo artículos de papelería?
En la calle 5 de febrero, entre Juárez y Constitución, se encuentra uno de los negocios más conocidos por la población duranguense: la Papelería Saracho.
Este negocio fue fundado en 1921 por José Saracho Irazoki. Originalmente estuvo ubicado en la esquina suroeste de la avenida 20 de noviembre y Juárez, donde vendían artículos de escritorio, litografía, imprenta, encuadernación y grabados.
De esta forma, durante poco más de un siglo, este negocio de Durango se ha mantenido vigente como un legado familiar y además, como la fuente de empleo de muchas personas a través de los años.
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¿En qué año se estableció Papelería Saracho en su local actual?
A la muerte de Don José, su hijo Jaime Saracho Gavilán quedó a cargo del negocio y cambió su ubicación a la esquina suroeste de 5 de febrero y Constitución, donde trabajó por algunos años.
Fue en la década de los años 60 cuando cambió nuevamente de local para llegar a la calle 5 de febrero 611 poniente, lugar en el que permanece hasta la fecha.
Es decir que lleva alrededor de 60 años en esta ubicación, justo enfrente de la Plaza de Armas y muy cerca de sitios turísticos, como el Museo Francisco Villa, el museo Túnel de Minería y la Catedral Basílica Menor.
Papelería Saracho, un negocio que se diversifica con el tiempo
Con el paso del tiempo, la Papelería Saracho ha diversificado su oferta para el gusto de sus clientes.
Además de los artículos de papelería, en algún tiempo también se brindaba el servicio de imprenta, encuadernación y revelado de fotografía. También implementaron un departamento de regalos y decoración.
A la muerte de Jaime Saracho en 1997, el negocio quedó a cargo de su hija Teresa, quien agregó nuevos servicios como el café internet, copiadora y artículos para arquitectura, ingeniería, material didáctico dibujo y pintura.
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