"Los gentiles", míticos seres que habitan en el bosque de Durango
En el bosque de Durango se escuchan historias sobre "los gentiles".

En el bosque del municipio de San Dimas, en el estado de Durango, los habitantes del ejido San Luis Villa Corona cuentan historias sobre unos extraños seres que en algún momento de la historia vivieron en esa zona.
Don Modesto Sánchez Huerta, originario de ese ejido, durante su juventud descubrió algunos vestigios que mostraban la presencia de “los gentiles”, como los llaman en el pueblo. Hechos que ahora comparte con POSTA Durango.
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Don Modesto Sánchez Huerta, originario de San Luis Villa Corona, San Dimas. Foto: Citlalli Zoé Sánchez.
¿Quiénes son "los gentiles" de quien hablan en el bosque de Durango?
Según narran los habitantes de San Luis Villa Corona, en épocas pasadas en ese lugar vivían otras personas, las cuales huyeron al momento del arribo de los españoles.
Utilizando los ríos que pasan por esa zona lograron escapar y encontraron refugios en las cañadas, así como en cuevas, dejando escondidos algunos rastros de su paso por este mundo. Ellos son “los gentiles”.
"Los gentiles" en el bosque de San Dimas
Han pasado muchos años desde que Don Modesto, en compañía de su tío, exploró una agreste parte de la Sierra Madre Occidental y observó de cerca unas pequeñas casas, en donde al parecer, “los gentiles” almacenaban alimentos.
“Teníamos como 18 años de edad y llegamos a una de esas casitas, tenía puros olotes que cuando los agarrábamos eran como ceniza, se deshacían”, platica Don Modesto.
Pero no sólo fue eso lo que vio. También descubrió varias osamentas, pinturas y diversas vasijas elaboradas con una técnica distinta a la actual.
“Vi muchos dibujos, pero estaban como a 12 metros de alto, eran unos burros con gente vestida con taparrabos arriba de ellos. Nos encontramos tres ollas de diferentes tamaños, como de barro”, manifiesta Don Modesto que ahora tiene 78 años de edad.
Cuenta que encontraron cuatro esqueletos en lugares diferentes, algunos sentados, otros acostados, incluso uno cobijado por un petate. Pero en el caso específico de una cueva, encontraron cinco cuerpos, al parecer todos de personas adultas.
En ese lugar aprovechó para medir el hueso de un brazo con el suyo y entonces verificó que no tenían una estatura promedio, pues fácilmente rebasaban los dos metros de altura.
Dice que el cráneo de “los gentiles” era grande, con frente y quijada amplia, además de pómulos prominentes, pero con dientes diminutos, tal vez por su alimentación.
"Los gentiles" se comunican entre ellos, dice Don Modesto
Don Modesto señala que él y otros hombres que cultivaban frijol y maíz por la zona tenían que dormir en el sitio y era común que escucharan los gritos de “los gentiles”, pues se comunicaban entre ellos, aunque no era todos los días, generalmente con la luna llena.
Asegura que, en una ocasión, uno de los trabajadores encontró un cráneo y se lo llevó, pero durante la noche fue atormentado por una extraña presencia y en cuanto amaneció la regresó en donde estaba.
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Es por eso que los habitantes de San Luis Villa Corona nunca hicieron el intento de mover los cuerpos o alterarlos de alguna forma. Simplemente los dejaron en paz en medio del bosque.
A la fecha, Don Modesto desconoce si los esqueletos permanecen por la zona, pero las casitas sí pueden observarse, aunque por supuesto, llegar al punto exacto es un tanto complicado.
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