VIDEO | Las Alacenas de Toluca: tradición, sabor y más de 100 años de historia
Descubre el rincón en el corazón de Toluca que ha conquistado generaciones con su sabor y tradición.
En el corazón de Toluca, justo bajo los arcos de los portales, late una tradición que ha alimentado a generaciones durante más de un siglo. Se trata de las alacenas, pequeños pero emblemáticos puestos donde el tiempo parece haberse detenido y el sabor se ha multiplicado.
Ahí, entre aromas de mole, guisados recién hechos y dulces de todas las épocas, se preserva parte del alma gastronómica de la capital mexiquense.
¿Qué hace únicas a las alacenas del centro de Toluca?
Con cerca de 120 años de historia, las alacenas no son solo un sitio para comer, son un paseo por la memoria colectiva. Aquí se venden desde las tradicionales tortas de chorizo hasta dulces que mezclan raíces prehispánicas, árabes y coloniales.
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¿Dónde nace la torta “Toluqueña” y otras especialidades típicas?
Todas las alacenas guardan su historia; uno de ellos es el de las Tortas Lupita, presente en los portales desde 1945.
Estamos aquí desde los inicios de estas alacenas”
Diego Hernández - trabajador local
En este puesto no solo se preparan tortas, se inventan, pues ahí, aseguran, nació la icónica torta Toluqueña, una mezcla potente de chorizo, pierna y salchicha que se convirtió en emblema local. También aquí se ideó la popular tecolota, una telera rellena de chilaquiles, crema, queso y el guisado que el comensal elija.
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¿Qué se puede comer en una visita a las alacenas?
Todo, desde una torta sencilla de mole con milanesa por veinte pesos hasta versiones gigantes, como la cubana o la suiza, que alcanzan los sesenta pesos.
En Tortas Lupita y en otros puestos, los guisados se apilan y se combinan a gusto del cliente: milanesa, alambre, tinga, albóndigas, bistec, enchiladas o pambazos.
Cada torta lleva crema, aguacate y jitomate por default, y si el antojo no es salado, hay quien llega solo por un dulce cristalizado o un jamoncillo de leche.
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A lo largo de los años, las alacenas han recibido la visita de expresidentes, gobernadores, deportistas y artistas, pero siguen siendo de todos; son el comedor de estudiantes, oficinistas y paseantes.
Entre el bullicio de los portales, los comensales aún se sientan frente a una vitrina con tortas listas para preparar, igual que hace 70 u 80 años.
