El Papa León pide dejar de usar el hambre como arma de guerra
El Papa reafirmó su compromiso con la paz, rechazó la lógica de la guerra y ofreció al Vaticano como espacio neutral para el diálogo.
El Papa León XIV condenó el uso de la hambruna como arma de guerra y advirtió que “matar de hambre a la población es una forma muy barata de hacer la guerra”. Así lo expresó en un mensaje dirigido a los participantes del 44º período de sesiones de la Conferencia de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), en el marco del 80º aniversario de su fundación.
Durante su intervención, el Pontífice denunció que, mientras miles de civiles sufren por la pobreza y la desnutrición, muchos líderes políticos prosperan gracias a la corrupción y la impunidad. “Tanta gente sucumbe al flagelo del hambre mientras las cúpulas políticas engordan”, expresó.
León XIV también criticó el desvío de recursos financieros y tecnologías innovadoras que, en lugar de ser utilizados para erradicar la pobreza, se destinan a la producción y comercio de armas. “Esto alimenta ideologías cuestionables y enfría las relaciones humanas, alejando la fraternidad y la amistad social”, afirmó.
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¿Cómo se utiliza el hambre como arma de guerra?
En su mensaje, el Papa denunció las tácticas empleadas por grupos armados y fuerzas militares que incluyen la quema de tierras, el robo de ganado, y el bloqueo de ayuda humanitaria para controlar a poblaciones indefensas. Señaló que estos métodos provocan “una muerte silenciosa y masiva” y deben considerarse parte de un nuevo frente de conflicto: la guerra del hambre.
“El hambre no es inevitable. Es resultado directo de decisiones humanas injustas. Debemos movilizar todos los recursos posibles —estatales, privados y comunitarios— para adoptar estrategias que prioricen la regeneración del suelo y la seguridad alimentaria”, dijo. También advirtió que sin acción climática decisiva y coordinada, será imposible alimentar a la creciente población mundial.
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¿Qué postura ha tomado el Papa frente a la guerra?
El Papa, quien asumió el liderazgo de la Iglesia Católica en mayo de este año, se ha mostrado especialmente vocal respecto a los conflictos bélicos actuales. En diversas ocasiones ha manifestado su disposición a participar en mesas de diálogo y ha ofrecido al Vaticano como territorio neutral para negociaciones de paz.
Durante el Ángelus del 22 de junio, reafirmó que “la guerra no resuelve los problemas, los agrava”. Añadió: “Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños o el futuro robado”. Llamó a la comunidad internacional a frenar los conflictos mediante la diplomacia y el compromiso con la paz.
¿Cuál es la situación en Gaza según el Papa y la comunidad internacional?
En su mensaje, el Papa también se refirió indirectamente a la crisis humanitaria en la Franja de Gaza, donde miles de personas enfrentan riesgo de hambruna debido al bloqueo de ayuda humanitaria. Organizaciones internacionales han acusado a Israel de restringir el acceso a alimentos y medicinas en medio de su ofensiva militar tras el ataque del 7 de octubre.
Desde entonces, más de 56,500 palestinos han muerto y más de 133,000 han resultado heridos, según fuentes locales. La situación ha sido calificada como un genocidio por distintos actores internacionales. En este contexto, el Secretario General de la ONU, António Guterres, denunció que incluso los trabajadores humanitarios en Gaza pasan hambre. “La única solución sostenible para restablecer la esperanza en Gaza es allanar el camino hacia la solución de dos Estados”, afirmó.
¿Qué responsabilidad tiene la comunidad internacional ante esta crisis?
El Papa León XIV concluyó su mensaje con un llamado a todos los países: “Hoy más que nunca, la humanidad clama por la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas. No existen conflictos lejanos cuando está en juego la dignidad humana”.
Su declaración se da en un momento marcado por los bombardeos entre Israel e Irán, los ataques de Estados Unidos en Medio Oriente, y una extendida crisis humanitaria que ha dejado a miles de personas al borde del colapso alimentario.
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