AMLO y sus compromisos de gobierno

CIUDAD DE MÉXICO.- Esta vez haremos una revisión rápida a algunos de los 100 compromisos de gobierno, para ver si representaron un avance para nuestro país, o se quedaron en sueños guajiros y palabras bonitas.

Vamos a empezar con el número 3: mantener abiertas las estancias infantiles. Ya en un capítulo anterior de esta video columna, habíamos revisado que estas fueron sustituidas por una transferencia de $1600 pesos bimestrales, con lo que no se garantiza la operación correcta ni la cobertura que por ley debería tener el cuidado a menores.

Avancemos un poco, hacia el compromiso número 7: abrir 100 universidades Benito Juárez. Ese, en un número se cumplió, pero terminó siendo un sistema que no garantiza en nada la calidad de la educación, ha tenido conflictos con sus docentes, a quienes se les califica como beneficiarios de programas sociales, no como catedráticos, no se sabe a ciencia cierta cuántos alumnos tiene el sistema, ni tampoco otorga títulos ni cédulas con validez oficial. Además en el mejor de los casos, solamente representa un aumento en la oferta de educación superior, del 1.4%, 60 mil alumnos.

Avancemos a la promesa 30: abrir el Banco del Bienestar, cumplieron en el número de sucursales sí, pero no en su operatividad, ya que cuenta con mínimos servicios bancarios, los cajeros suelen fallar y la atención es tan lenta que provoca filas interminables, sobre todo de adultos mayores buscando cobrar sus apoyos sociales. Además, en su corto periodo de vida ya cuenta con 2 multas por parte de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, por deficiencias en su control interno.

El número 34 resultó una verdadera burla, hablaba de la austeridad republicana y de cómo evitarían el amiguismo, el nepotismo y el influyentismo, sin embargo, a estas alturas hemos visto la entrega de puestos y embajadas a familias enteras como los Tadei, los Batres, las Alcalde, a reporteros afines y gobernadores a modo; al mismo tiempo que se han revelado todos los tratos chuecos de los hijos del presidente, sus amigos y familiares, sin olvidar por supuesto, a la prima del licenciado López Obrador, Felipa.

El compromiso número 63: la historia sin fin de la venta del avión presidencial, que se rifó, se quería rentar, se quiso intercambiar por equipo para el campo y equipo médico y al final se vendió, bueno casi que se regaló, aunque lo seguimos pagando, todo esto para tener el discurso de la austeridad.

El compromiso 89 hablaba sobre el caso Ayotzinapa y sobre encontrar la verdad y a los culpables, ahora ni siquiera puede reunirse con los familiares afectados sin decir que hay conspiraciones en su contra. En fin.

Las promesas 92 y 94 hablaban sobre el respeto en las relaciones con el poder legislativo y judicial y que la política exterior se conduciría con cautela, respetando la no intervención. ¿Necesito decir algo al respecto?, sabiendo que, han sido ya al menos 8 encontronazos internacionales con Perú, Bolivia, España, Argentina, Panamá, bueno, ni, ni siquiera mencionar los ataques al poder judicial.

Ver nota:
El presidente y el extranjero…

Tal vez el compromiso más famoso de todos, sea el número 13: tener un sistema de salud universal, a la altura de Dinamarca. Este ha llegado a sonar como burla y ha sido foco de cientos de memes. Columnas, reportajes y artículos, demuestran que estamos a años luz de un sistema, ya no se diga nórdico, sino que funcione medianamente bien, al menos como lo hacía el Seguro Popular. 

Esto ha sido sólo una pequeña muestra, ya que compromisos hay de todo, desde no comprar ropa nueva, computadoras, hasta la creación de una Constitución Moral, que también quedaron en el olvido. Queda en cada quién la reflexión, de ¿qué sirvió?, ¿qué fue sólo demagogia? ¿y qué fue solamente una cruel mentira?

Muchas gracias por acompañarme, nos vemos la próxima semana, aquí en “Entre reinas y poderes”, por POSTA.