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Perdimos el debate

Es de esperarse que cada uno de los candidatos se declare vencedor.

Publicado el

Por: GREGORIO MARTÍNEZ

SAN PEDRO GARZA GARCÍA, Nuevo León.- ¿Quién ganó el debate?

Esa suele ser la pregunta.

Es de esperarse que cada uno de los candidatos se declare vencedor... Y que luego que se den a conocer resultados de las encuestas... Y podemos estar o no estar de acuerdo.

Sin embargo, después del primer debate presidencial del pasado domingo 7 de abril, en lo que muy probablemente vamos a coincidir es en que todos perdimos, comenzando por nosotros, los ciudadanos.

Lo que pudo haber sido un ejercicio efectivo para conocer y contrastar propuestas, terminó siendo un fiasco... Caótico y desenfocado.

¿Para qué salirse del formato convencional?

Exposición, réplica, contrarréplica. Preguntas cruzadas entre los candidatos. Introducción y conclusión.

Pues no.

Quisieron, según el INE, ser innovadores, fomentar la participación de la ciudadanía mediante el envío de preguntas...

Se dijo que los contendientes iban a presentar y contrarrestar propuestas para resolver diversas problemáticas de nuestro país, de acuerdo con los tópicos que se definieron para este primer encuentro: Salud, educación, combate a la corrupción, transparencia, no discriminación y grupos vulnerables, violencia contra las mujeres.

¿Qué fue lo que nos quedó de estos grandes temas?

Xóchitl Gálvez dijo que había sido “un desastre”, que no se respetó el formato acordado, y que esto le había impedido presentar su proyecto de nación... Ella había entendido que la “bolsa de tiempo” era para debatir entre ellos, pero que de último momento esto se cambió.

Claudia Sheinbaum, también expresó su descontento con el formato... “Dejó mucho qué desear”, dijo, al referirse también a la ya tristemente célebre “bolsa de tiempo”... Señaló que resultó imposible profundizar en los temas, porque se manejaron preguntas muy específicas con poco tiempo para responderlas y sin oportunidad para debatir.

A eso súmele las fallas técnicas que hubo con el reloj... En varios momentos los candidatos no sabían de cuánto tiempo disponían.

En fin... Todo lo que no debía pasar, pasó. Por ahora no hay cambio en las tendencias.

El primer debate presidencial no fue lo suficientemente impactante para “mover la aguja”.

La encuesta realizada y difundida por la empresa Enkoll preguntó si el debate del domingo 7 de abril había modificado la intención de voto... El 93 por ciento respondió que no...

En realidad es muy difícil que un debate cambie el rumbo de una elección... Los votantes ya tienen una preferencia por un candidato... Y esa preferencia la mantienen, le vaya bien o le vaya mal a su “gallo”, o “gallina” en este caso.

Xóchitl tenía que arriesgar para tratar de modificar tendencias... No ocurrió. Claudia sólo tenía que cuidar su ventaja... Parece que sí lo logró.

Sin embargo, como ejercicio ciudadano, el debate, que no fue debate, resultó ser un absoluto fracaso.

Había expectativa.

No obtuvimos nueva información.

No conocimos propuestas a fondo.

 De todas las acusaciones y señalamientos que ahí se dijeron, las respuestas fueron mínimas... Nos quedamos con más dudas.

Lejos de que nos dieran herramientas para decidir, nos llevaron a un juego de dimes y diretes.

¿Será que de aquí a la próxima cita del 28 de abril, el Instituto Nacional Electoral se va a dignar a revisar el esquema?

Hay que volver a lo básico... Con más discusión y menos interrogatorio.

Esta vez ya perdimos tiempo y dinero.

Esta vez perdimos el debate.

Soy Gregorio Martínez... Más Allá de la Noticia... Nos vemos y nos escuchamos... Aquí en POSTA...

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