El camino de Miguel Ángel Mancera: Un relato de superación y compromiso público

CIUDAD DE MÉXICO.- Miguel Ángel Mancera, político mexicano nacido en la Ciudad de México, ha dejado una marca indeleble en la historia política del País. Su ascenso desde una infancia modesta hasta convertirse en una figura prominente en el ámbito público, ha sido un viaje lleno de desafíos y determinación.

La primera etapa de su infancia la vivió en la colonia México Tacuba; Mancera recuerda sus primeros años entre juegos callejeros y la responsabilidad de cuidarse solo mientras su madre trabajaba largas jornadas.

'Los recuerdos que tengo de mi infancia, cuando estaba en el kínder, tendría entre cuatro o cinco años, era irme a jugar con niños más grandes, jugábamos fútbol en la calle, agarrábamos las bicicletas, mi mamá trabajaba todo el día y yo me la pasaba en la calle'.

Miguel Ángel y su mamá se mudaron después a la colonia Narvarte, y ese cambio marcó una mejora en sus condiciones de vida. A su papá ya le iba un poco mejor económicamente y la vivienda donde ahora vivían era más grande que la anterior.

'Cuando tenía alrededor de siete años mejoró un poco nuestra condición de vida, a mi papá le fue mejor económicamente. Su tío, el tío Isidro, lo dejó al frente de un negocio que, en un principio, se llamaba Perla Oriente y que después se llamó Perla del Este, y que después fueron los Bisquet de Obregón, y mi papá estaba al frente del negocio. No era de mi papá el negocio, era de mi tío Isidro, y cuando fallece mi tío, se lo deja a mi papá y empieza a crecer muchísimo'.

A la edad de dieciocho años, Miguel Ángel tuvo un accidente que cambió su trayectoria y con ello el sueño de convertirse en médico. Mancera había comenzado a explorar el mundo de la medicina desde una edad temprana, pero el accidente que sufrió lo llevó a reconsiderar su camino. A pesar de haberse volcado hacia el campo del derecho, el incidente le proporcionó una motivación adicional para comprender las leyes y luchar por la justicia.

'Una noche iba con un amigo y tuvimos un accidente automovilístico; yo iba de copiloto. Me estrellé de frente contra el parabrisas; fue un choque muy fuerte. Para no hacerlo largo, 36 puntos en la cara, en puras zonas visibles: nariz, ceja, el labio lo tenía partido en dos. Entonces, cuando iba a salir, me dicen unos señores que estaban ahí: 'Nosotros somos del ministerio público'. 'Ah, ok, pues mucho gusto'. Yo tenía un ojo tapado, vendado, toda la cabeza vendada, y me dicen: 'Es que para que te vayas, necesitamos que pases un momentito con nosotros y firmes unas cosas'. Yo, 'Pero ¿qué? Ya me quiero ir, ya tengo aquí mucho tiempo'. Y lo que firmé después me entero era el perdón, para perdonar al que nos había chocado y que no había pasado nada. Y cuando me entero, se arma la bronca, por eso decido estudiar derecho”.

Su carrera en el ámbito público se caracterizó por una serie de roles desafiantes y peligrosos. Desde su trabajo como abogado hasta su participación en operativos policiales y su eventual ascenso a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Mancera enfrentó amenazas de muerte y situaciones de alto riesgo. Su liderazgo durante momentos críticos, como la balacera por conflictos territoriales en el Ajusco o los desalojos en Tepito, demostró su firmeza y determinación en la defensa del orden y la seguridad pública.

La historia de vida de Miguel Ángel Mancera es un testimonio inspirador de superación personal y dedicación al servicio público. Su camino desde la infancia en una colonia humilde hasta la cima del poder político como fue convertirse en Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, refleja la fuerza del espíritu humano y la capacidad de transformar los desafíos en oportunidades de crecimiento y liderazgo.