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Sistema Nórdico Mexicano

ENTRE REINAS Y PODERES

Publicado el

Por: Laisha Wilkins

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Hace más de 5 años escuchamos, al presidente, desde el zócalo capitalino hacer la promesa de que, a mediados de sexenio, tendríamos un sistema de salud de primera, como en Canadá o los países nórdicos, recalcó; ha pasado el tiempo y parece que no hemos hecho más que alejarnos de eso.

México no empezó de cero este andar, ya existía un esfuerzo previo a la llegada del mandato del presidente López Obrador, el llamado Seguro Popular, no era perfecto, pero en su mejor momento atendió a más de 54 millones de personas que hoy no tienen acceso a la Salud Pública.

Andrés Manuel dijo, durante toda su campaña y aún estando ya en el poder, que no era seguro, ni era popular, pero al final del día era una base que se pudo aprovechar y se prefirió desmantelar.

Se asegura que este año, antes de terminar el sexenio, se tendrá el tan ansiado sistema, pero, al analizar datos, podemos ver que no hay nada que lo sustente.

Si se analiza el presupuesto aprobado para este año, podemos ver que el monto a invertir en todo el sistema de salud, es de apenas $990 mil millones de pesos, es decir, un aumento de sólo el 5.9% con respecto a 2023, sin embargo, si hablamos de montos reales, es decir quitando el efecto de la inflación, esto es menos del 0.1%, prácticamente nada.¿Cómo aspirar al acceso a la Salud Pública de calidad sin presupuesto?

Hace unos meses, la OCDE dio a conocer el estudio Health at a glance para 2023. En él, vemos que somos el único país de la organización que ha tenido un crecimiento negativo de 1.1%, en el gasto de salud del 2015 a la fecha. Somos de los países que menos gasta en este ramo, apenas el 2.9% del PIB, mientras Dinamarca gasta el 8%. Y si lo vemos por persona, nosotros destinamos $1181 dólares, mientras los daneses más de $6000. Además, en el sector de la población sin derecho a servicios médicos, es decir la gente más pobre y sin un empleo formal, se gasta apenas el 0.83% del PIB, mientras que lo recomendado por organismos internacionales como la ONU y la OCDE, es el 3%.

Dentro de nuestro sistema de salud, también vemos gastos muy dispares, pero con promesas similares, se ha dicho que el servicio prometido incluirá la atención de especialistas, medicina de todos los niveles y todas las medicamentos sin costo, pero para esto, se destinan apenas $4000 pesos por persona al año, en el IMSS bienestar, mientras que un derechohabiente de Pemex recibe más de $30 mil pesos, ¿cómo se puede prometer lo mismo, si lo dedicado a cada sector difiere tanto?

Por extraño que parezca, ante las promesas del presidente, este año ha habido recortes al gasto en este rubro; en lo que corresponde a vacunación se tiene una disminución constante del presupuesto y del gasto, en 2022 se gastó sólo 1 de cada 4 pesos destinados a comprar vacunas, en 2023 se llegó solo al 50% del gasto programado, y en 2024 hay un recorte, sí recorte de 4.5% con respecto al año anterior, sabiendo que de 2019 a la fecha, se han dejado de vacunar a más de 6 millones de niños y tenemos más de 300 mil , sin una sola vacuna, poniéndonos en el segundo país del mundo con más infantes sin una sola vacuna, cuando México era ejemplo mundial en inoculación.

Otra rama que sufrió recortes es la investigación médica, con hasta el 100% del presupuesto retirado en el caso del ISSSTE.

El que se mantuvo sin cambio, con respecto a 2023, fue el presupuesto para la compra de medicamentos gratuitos para las personas que no tienen acceso a la seguridad social, a pesar de tener documentado el desabasto de todo tipo de medicamentos, desde la insulina, la metformina y hasta tratamientos oncológicos, ¿y a qué ha llevado esto?, pues según el CONEVAL, el gasto de bolsillo, es decir, lo que las familias destinan de sus ingresos a la compra de medicamentos, que deberían estar accesibles en el sistema de salud, ha aumentado en casi 31% con respecto a 2018, y la solución propuesta fue una farmacia muy grande pero vacía, que atiende algunas recetas, pero que costó más de $2700 millones de pesos.

Aunque de alguna extraña manera, antes de terminar el sexenio se consiguieran todos los medicamentos y todas las instalaciones requeridas, aún así quedaría un reto enorme para el sistema nórdico de salud prometido. Por ejemplo, somos el país con mayor mortalidad por causas prevenibles con 435 muertes por cada 100 mil, mientras Dinamarca tiene 120, somos el segundo territorio más malo por causas tratables con 230 muertes por cada 100 mil, mientras los daneses tienen 54. Nos ubicamos en el grupo de los países que gastan poco en salud y por ende, tienen una menor expectativa de vida. Somos unos de los paises con mayor presencia de diabetes, casi 17 habitantes por cada 100 mil, mientras Dinamarca tiene 5.

Más aún, en nuestro sistema de salud, hay 2.5 médicos por cada 1000 habitantes, mientras que en Dinamarca tienen casi lo doble.

Lo que habría que aclarar es que el presidente no se refiere a todos estos números ni a los faltantes ni condiciones médicas que condicionan el futuro del país, como los retos a resolver, para crear un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, no, en un sin número de veces ha dicho que lo que mejor hará es el número de personas que atenderá, ya que los daneses son pocos y los mexicanos muchos, ese es el truco, inscribir gente lo más rápido posible, sin importar el nivel o calidad de atención, que ya vimos, con estos presupuestos no puede mejorar en gran cosa.

Y no es que yo no quiera creer que el sistema de salud mexicano superará al de Dinamarca, pero es que cuando a las ideas las respalda sólo la saliva, no se logra nada.

Durante todos estos años, se ha mencionado 36 veces en la mañanera la misma promesa, reagendando y reagendado fechas nuevas, con un pretexto distinto o una condición que no se había mencionad.

En fin, se agota el teimpo,estamos a finales del sexenio y la promesa quedará para que alguien la complete, o no, y simplemente se cambie por una nueva idea, una “esperanza” diferente, u otra promesa de campaña vacía. 

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