Lejos de casa: Historia de una foránea en CDMX durante el COVID-19

CIUDAD DE MÉXICO. - En un mundo que cambió en un abrir y cerrar de ojos, muchos de nosotros nos enfrentamos a desafíos que nunca habíamos imaginado. En Ciudad de México el Covid-19 dejo a miles de afectados, sin embargo, hay un grupo del que casi nadie habla y esos son los estudiantes foráneos que se encontraban lejos de sus hogares, cuando todo esto pasó.

Inicios del COVID-19

El primer caso del virus SARS-CoV-2 en México se dio el día 28 de febrero del 2020 y fue hasta el 11 de marzo de ese mismo año que se declaró una pandemia dentro del país. En la Ciudad de México se tuvo el primer caso positivo a COVID-19 en Tlalpan, originado por un extranjero que llegaba de un viaje a Italia. Por lo que la CDMX entró en un periodo de confinamiento, en el cual se declaró necesaria la suspensión de actividades, con el fin de evitar el contagio del virus.

A mediados de julio de 2022, más de 6,44 millones de casos acumulados de COVID-19 habían sido registrados en México. Esta enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, registró las primeras muertes el 21 de marzo de 2020. Hacia mediados de 2022, el número de personas fallecidas a causa de esta enfermedad había superado las 326.000.

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Estudiantes foráneos

Se estima que solo en la Ciudad de México uno de cada seis estudiantes universitarios es foráneo y en el resto del país, el 16.6% de los estudiantes de nuevo ingreso a nivel superior estudian fuera de su localidad de origen

Imagina encontrarte en una ciudad distinta, lejos de tu familia y amigos, cuando de repente todo cambia. Esto fue lo que vivieron muchos de estos estudiantes, cuando la pandemia golpeó al mundo.

Para POSTA CDMX, Nicole, estudiante de Biología en la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, originaria del estado de Guerrero, nos cuenta como fue para ella estar lejos de su familia durante la pandemia.

¿QUÉ SENTISTE CUANDO SUPISTE QUE NO HABÍA FECHA PARA VOLVER A VER A TU FAMILIA?

Me sentí muy nerviosa, por el saber que a lo mejor no voy a volver a ver a mi familia, siendo foráneo, que siempre estuviste ahí en tu casa y de repente te saliste para estudiar, y que de repente te digan, no es que ya no los vas a poder ver, porque es peligroso estarte moviendo por este virus que apareció. O sea, ya había experimentado la sensación de estar sola, pero ahora era en serio el que no iba a poder volver a mi familia, y dije, no, no voy a aguantar. Y es un proceso, porque digo, ya es un reto enorme salirte de tu lugar de origen, pero ahora estar completamente solo, y que con ello viene de qué pandemia, no puedes salir, de donde vas a sacar un recurso económico, tú lejos, que te tienen que pagar la renta, que te tienen que mandar para comer, de que si no sabes si va a alcanzar para ellos, no sabes si va a alcanzar para ti, te da una ansiedad enorme, tener que enfrentar todo eso, y sin nadie a tu lado la verdad si fue difícil.

A medida que el mundo se cerraba y las fronteras se volvían más restrictivas, muchos estudiantes foráneos se encontraron atrapados en la Ciudad de México, lejos de sus hogares y seres queridos.

¿POR QUÉ NO REGRESASTE A TU CASA DURANTE LA PANDEMIA?

Más que nada mi familia tiene muchos antecedentes de enfermedades y cuando nos mencionaron en salud pública que todo esto conllevaba un riesgo y que los más vulnerables se podían enfermar más, yo me preocupé, o se dijo, bueno como sea, claro le puede dar a cualquiera, el virus no discrimina, pero uno que es más joven, que tiene más defensas a diferencia de alguien mayor, como lo es mi familia, con antecedentes de diabetes, hipertensión, me preocupe bastante y dije, no hay forma de que para poder irme, me arriesgue primero yo, y después arriesgue a mis seres queridos.

Pero en medio de esa oscuridad, descubrieron una fortaleza interior que quizás nunca supieron que tenían. La distancia física de sus seres queridos los empujó a ser más independientes y a enfrentar desafíos de frente.

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¿QUÉ FUE LO QUE APRENDISTE ESTANDO LEJOS DE CASA?

Lo primero es, a cuidarme a mí misma, siempre dependí de mi mamá, de que hay es que me siento mal, me quiero ir a la casa, y siempre me decían, sí, regresa, pero ya estando, pues enclaustrada básicamente, es como de, pues no puedo hacer nada, tengo que cuidarme yo sola, y eso es una de las cosas, que yo creo que muchos foráneos creo que no vemos, no terminamos de independizarnos, y no terminamos de separar que ya estamos viviendo solos, claro nos mandan dinero y todo, pero ya estamos aprendiendo a ser individuales, y la pandemia si fue pues, es que ya tengo que valerme por mí misma, porque entre que tengo que cuidarme para no enfermarme, y entre que tengo que cuidar mis gastos para todo, creo que eso es lo que más me ha dejado, el crecer individualmente como persona.

A medida que los meses pasaron y la pandemia persistió, estos estudiantes se convirtieron en pilares de resiliencia.

¿QUÉ FUE LO QUE TE AYUDO A MANTENER LA CALMA ESTANDO SOLA?

El saber que mi familia estaba bien, el que si siguieran las recomendaciones de no salir, el que no tuvieran que preocuparse también por mandarme dinero, porque en un tiempo en pandemia yo me puse trabajar, aprovechando que me estaba cuidando superbién y seguía todos los lineamientos de sana distancia y todo eso, me puse a trabajar, y me tranquilizaba que el dinero si iba a alcanzar para mi familia, que no tenían que preocuparse por pagar mis cosas y que ellos pudieran estar tranquilos en quedarse en casa por qué recursos no les iba a faltar.

¿QUÉ SENTISTE CUANDO VOLVISTE A VER A TU FAMILIA?

Yo creo que la reacción de todo foráneo al regresar a su casa después de un tiempo, es ¡Wow, que alivio! Pero después de tanto tiempo es como de, pensé que nunca los volvería a ver, y que alegría que están todos, porque claro, muchas personas perdieron gente muy querida y pues estuvieron perdiendo muchos familiares en el camino, pero el saber que mi familia con la que más conviví estaba ahí todavía, estaban todos, afortunadamente nunca tuvimos un caso grave de enfermedad, y verlos ahí, a todos juntos, riéndose, fue como de ¡Wow!, extrañaba tanto estos momentos y me siento tan feliz, me siento tan plena, y justo, me siento como en casa y en casa.

Y aunque la pandemia finalmente permitió que se encontraran con su familia, la fuerza que encontraron en sí mismos durante esta pandemia perdurará para siempre.

Porque al final del día, somos más fuertes de lo que creemos. Y podemos superar cualquier desafío que la vida nos depare.