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¿Por qué el pollo no se lava? Una cuestión de seguridad y salud pública

El pollo, uno de los alimentos más populares y versátiles en la mayoría de las cocinas del mundo, pero es también una fuente potencial de bacterias peligrosas, como la salmonela y la Campylobacter.

¿Por qué el pollo no se lava? Una cuestión de seguridad y salud pública.     Foto: Especial
¿Por qué el pollo no se lava? Una cuestión de seguridad y salud pública. Foto: Especial

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Por: Marco Delgadillo

CIUDAD DE MÉXICO. - En un giro sorprendente en el mundo de la seguridad alimentaria, surge una pregunta que ha dejado perplejos a muchos consumidores: ¿por qué el pollo no se lava antes de ser cocinado? Esta cuestión ha generado debate y preocupación entre los amantes de la cocina y los expertos en salud pública. Sin embargo, detrás de esta práctica aparentemente poco higiénica se esconde un motivo sólido respaldado por investigaciones científicas y regulaciones alimentarias.

El pollo es uno de los alimentos más populares y versátiles en la mayoría de las cocinas del mundo, solo en México según la Unión Nacional de Avicultores, cada habitante consume alrededor de 33.5 kg de esta carne al año, pero es también una fuente potencial de bacterias peligrosas, como la salmonela y la campylpobacter. Estas bacterias pueden causar enfermedades graves si no se manejan adecuadamente. Una de las formas más comunes de contaminación del pollo es a través de su superficie externa, que puede estar en contacto con diversas superficies durante el proceso de producción, transporte y manipulación.

 

¿Por qué no se debe lavar el pollo?

Contrariamente a la intuición de muchos consumidores, lavar el pollo antes de cocinarlo puede aumentar el riesgo de propagar estas bacterias en lugar de reducirlo. Cuando se lava el pollo crudo, las gotas de agua pueden salpicar y dispersar las bacterias en el fregadero, las superficies de la cocina y otros alimentos cercanos, creando un entorno propicio para la contaminación cruzada. Esta práctica, lejos de ser segura, puede contribuir a la propagación de enfermedades transmitidas por los alimentos.

Por esta razón, tanto los organismos de salud pública como las agencias reguladoras de alimentos, como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) y la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido (FSA), desaconsejan enfáticamente lavar el pollo crudo antes de cocinarlo.

 


Recomendaciones al cocinar pollo

  • Cocinar el pollo a una temperatura interna segura de al menos 75 °C (165 °F) para eliminar cualquier bacteria presente en la carne.
  • Al manipular pollo crudo con las manos, estas se deben de lavar y desinfectar antes de tomar cualquier otro alimento o utensilio.
  • Se debe lavar cualquier objeto que haya estado en contacto directo con el pollo antes de usarlo para otra cosa, como las tablas y los cuchillos.
  • Por ningún motivo se debe de comer pollo crudo o medio cocido.

 


¿Qué está pasando en Tlaxcala? Y ¿Cómo se relaciona con el pollo?

Sin embargo, mientras el debate sobre el lavado del pollo continúa, otro problema de salud pública ha surgido en el estado de Tlaxcala. La enfermedad de Guillain-Barré, un trastorno neurológico poco común, pero grave que afecta el sistema nervioso periférico, ha experimentado un aumento preocupante en la región y aparentemente esto está ligado al consumo de pollo.

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¿Qué es el síndrome de Guillain-Barré?

El Guillain-Barré se caracteriza por debilidad muscular progresiva, que puede comenzar en las extremidades y extenderse al torso y la cara, dificultad para respirar y, en casos graves, parálisis. Aunque la causa exacta de esta enfermedad no se comprende completamente, se cree que puede estar relacionada con infecciones virales o bacterianas anteriores, como la influenza, COVID-19 o la bacteria Campylobacter spp, la misma bacteria que se puede hallar en el pollo crudo.

En Tlaxcala, funcionarios de salud han estado trabajando para contener el brote de Guillain-Barré, brindando atención médica a los afectados, así como implementando campañas de concientización sobre la prevención y los síntomas de la enfermedad. Además, se están llevando a cabo investigaciones exhaustivas para identificar cualquier posible factor desencadenante o causa subyacente del brote.


En medio de esta preocupación por la salud pública, es esencial que los consumidores estén informados sobre las prácticas seguras de manipulación de alimentos, como el manejo adecuado del pollo crudo. Al seguir las pautas establecidas por las autoridades de salud, podemos proteger nuestra salud y prevenir la propagación de enfermedades transmitidas por los alimentos, contribuyendo así a comunidades más saludables y seguras para todos.

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