Recuperan restos arqueológicos en obras de remodelación del centro histórico de Veracruz
En el lugar encontraron restos de muros y cimentaciones de lo que fue un cuartel que conectaba con la muralla en la época virreinal.

En medio del rescate integral del Centro Histórico de Veracruz se está descubriendo la historia de la ciudad. Ante las excavaciones arqueológicas, se han encontrado fragmentos de cerámica, vidrio y huesos que permiten conocer más sobre la vida cotidiana y las costumbres de los habitantes de Veracruz desde el siglo XVI (16) hasta la actualidad.
Algunos de los hallazgos más destacados incluyen:
Restos de la Puerta de México; se localizaron restos arquitectónicos de la cimentación de los muros que custodiaban la Puerta de México, uno de los accesos terrestres a la ciudad amurallada de Veracruz durante la época virreinal; informó la arqueóloga Judith Hernández Aranda adscrita al Centro INAH Veracruz.
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¿Cuál cuartel se encontró?
Se encontraron restos de muros y cimentaciones que habrían pertenecido a los cuarteles y una prisión militar que conectaban con la muralla en la época virreinal.
¿Por qué hay restos de animales?
Se descubrió que los huesos de bovinos fueron utilizados como material de relleno en la construcción de superficies planas y resistentes, posiblemente en un patio de un cuartel.
Los materiales recuperados se resguardan en la Ceramoteca del Centro INAH Veracruz, donde son limpiados, marcados y clasificados para contribuir al conocimiento sobre la historia de Veracruz.
Durante la época virreinal y parte del siglo XIX, la ciudad de Veracruz estuvo amurallada y solo se podía ingresar a ella por mar o mediante un reducido número de accesos terrestres, como el citado, cuyo nombre alude a que era la puerta a la que acudían quienes tomaban rumbo a la Ciudad de México.
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En 1880, inició un proyecto de urbanización que reordenó el trazo del puerto. La muralla fue derribada, sus piedras vendidas a particulares y sus restos aplanados para construir, sobre ellos, las nuevas vialidades.
Luego, durante las décadas de 1900 y 1940, las calles de Veracruz fueron renovadas en sus drenajes y servicios públicos, de forma similar a como se trabajan actualmente.
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Así, los arqueólogos y sus colaboradores exploran todos esos momentos de modificación urbana, de los que prácticamente solo quedan cimentaciones.
Muros que fueron cuartel militar
A pesar de que no se han encontrado piezas completas, sino solo fragmentos de vidrio, cerámica, hueso y otros materiales que la gente tiraba como basura, Hernández Aranda explica que la importancia de cada tiesto está en que permite conocer aspectos como: pautas de comercio, costumbres, gustos y hábitos de consumo, la procedencia de los productos e, incluso, cambios tecnológicos.
“Los arqueólogos estudiamos, analizamos e interpretamos los vestigios de cultura material y sus contextos, incluidos mapas, planos y textos.
Por ejemplo, a través de las características formales, funcionales y las técnicas de manufactura detectadas en un pedazo de cerámica, se puede saber dónde y cuándo fue elaborada. Algo tan común como la basura, asoma a las prácticas cotidianas de un pueblo”.
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En este sentido, otro hallazgo relevante se registró en días pasados, cuando una zanja excavada en la avenida 5 de Mayo, entre las calles Ocampo e Ignacio López Rayón, reveló restos de muros y de una cimentación que habrían pertenecido a los cuarteles y una prisión militar que, en época virreinal, conectaban con la muralla.
El proceso de levantamiento de la carpeta asfáltica también sacó a la luz diversos niveles de piso acumulados por el tiempo. Resalta una capa de escombro compactado, de inicios del siglo XX, bajo la cual se localizaron fragmentos de metacarpos de bovinos, a 43 y 63 centímetros de profundidad, desde el nivel de la calle.
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Los huesos fueron fracturados a la mitad, de manera intencional, para que sus diáfisis -parte media de los huesos largos- quedaran astilladas en formas de pico, a fin de que pudieran clavarse en el suelo.
Según la arqueóloga, la manera en que colocaron los huesos indica que buscaron tener una superficie plana, resistente y permeable, que estabilizara el sustrato y facilitara la absorción de lluvia, en lo que pudo ser un patio de un cuartel.
Siglos atrás, la piedra no abundaba como elemento constructivo en Veracruz, de allí que, a menudo, partes de animales que no eran para consumo humano se emplearan como material de relleno, pues podían obtenerse fácilmente del ganado bovino y vacuno que alimentaba a las milicias y los trabajadores de las obras de fortificación.
En otras partes de la ciudad actual, como en el edificio La Galatea, en la Plaza de Armas y el Fuerte de San Juan de Ulúa, se han encontrado huesos de patas y cráneos de tales animales, también como parte de sistemas constructivos.
Los materiales recuperados en este salvamento se resguardan en la Ceramoteca del Centro INAH Veracruz, donde son limpiados, marcados y clasificados en bases de datos, a fin de que, con su preservación y análisis, se contribuya al conocimiento sobre la rica historia de Veracruz.
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