Vive con una sola pierna y desafía los límites cada día: la historia de Horacio González
En plena juventud un accidente de motocicleta le costó su pierna y truncó sus planes.
Horacio César González sabe lo que significa empezar de nuevo.
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Hace más de 47 años, un accidente cambió por completo su destino: perdió una pierna cuando, siendo estudiante de Medicina y con apenas 22 años, viajaba en motocicleta y fue impactado por un camión urbano.

Aquel día detuvo sus planes, pero no su espíritu. Desde entonces, su historia se ha convertido en un ejemplo de resiliencia y esperanza para todos los que lo rodean.
Tiene 70 años de edad y nos deja sorprendidos con la agilidad que maneja su silla de ruedas, su muleta y su forma de hacer piruetas al saltar de un barandal a otro.
¿Qué le pasó a Horacio?
Cuando tenía 23 años, cursaba el octavo semestre de medicina, viajaba con un amigo en su moto, él no manejaba, pero se llevó la peor parte. Tuvo que cambiar sus planes de vida y adaptarse a lo que le estaba pasando.

- “Quiero que los jóvenes piensen antes de actuar, que midan el peligro y no se dejen ganar por la adrenalina”, comparte Horacio, quien todos los días se desplaza por la ciudad utilizando transporte público, con una sonrisa que inspira a quien lo ve.
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¿Qué le platicó Horacio a POSTA, sobre su forma de trasladarse?
En entrevista con POSTA, lo encontramos en la Estación del Metro Hospital Metropolitano, en San Nicolás. Desde ahí toma el transmetro que lo lleva a casa, como parte de una rutina que realiza con admirable determinación.
Del Metro a su casa viaja en la silla de ruedas, sin cerca de 9 cuadras para llegar a su vivienda. Pero durante el recorrido saluda y se queda platicando con familiares de pacientes del Hospital Metropolitano, los escucha, les da consuelo y hacen oración por la salud de los enfermos.
¿Quién es la inseparable compañera desde hace 47 años?
Su inseparable compañera es una muleta de casi ocho kilos, a la que llama su “mejor amiga”. Con ella se mueve con agilidad, apoyándose también en su silla de ruedas para los trayectos más largos.
- “Es parte de mí. No la veo como una limitación, sino como una herramienta para seguir adelante”, comenta con serenidad Horacio César González.
Detrás de su fortaleza hay una familia que lo ama y lo admira.
Se casó a los 39 años, tiene 4 hijos, 13 nietos y 3 bisnietos.

Su familia lo describen como un hombre alegre, agradecido y lleno de vida, que demuestra cada día que la discapacidad no impide alcanzar los sueños.
Este martes acudió a su cita en la Clínica 17 del IMSS. Como siempre, lo hizo por su cuenta, encontrando en el camino la mano solidaria de quienes lo ayudan a subir o bajar del transporte.
Horacio no busca lástima, sino inspirar. Y lo logra, recordándonos que la verdadera fuerza no está en las piernas, sino en el corazón.
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