El mercadito de Los Ébanos: aromas, voces y antojos que abrazan a Apodaca
Los martes y los sábados a partir de las 6:00 de la tarde, se instala el mercado que atrae a los cientos de clientes.

En cuanto el sol comienza a asomarse por las calles de la colonia Los Ébanos, de Apodaca, el mercadito despierta con ese bullicio que se extraña entre semana: el murmullo de la gente, el canto improvisado de los vendedores y una mezcla de aromas que te envuelven antes de dar el primer paso.
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¿Qué podemos encontrar en El Mercadito de Los Ébanos?
Aquí, lo cotidiano se transforma. Basta caminar unos metros para que los olores a gorditas recién hechas, guisados calientitos, tamales humeantes y elotes asados abran el apetito de cualquiera.
El humo que sale de los puestos anuncia que el día ya comenzó.
Entre ellos están Hermelinda Riveros y su esposo, José Luis Velázquez, pareja que desde temprano coloca sobre la mesa los elotes que tanta fama les han dado: cocidos, tiernitos, o los preferidos de muchos, los asados con leña que dejan un aroma inconfundible flotando en todo el pasillo.
Que decir de los chicharrones de puerco, de tripitas, bofe o carneas que se venden con una salsa molcajeteada.
El camino se vuelve una tentación tras otra. Churros espolvoreados de azúcar, pastelitos caseros y frituras que crujen al primer bocado. Ir al mercadito de Los Ébanos, de Apodaca, es inevitablemente, comer.
¿Qué más podemos encontrar en los puestos?
Pero no todo es antojo. También está doña Rosario Guerrero Mendoza, quien ya piensa en la Navidad. Afuera de su puesto asoman bicicletas listas para estrenar: hay desde mil 500 hasta 5 mil pesos, y los clientes pueden apartarlas para sorprender a sus hijos en diciembre.
Entre cada puesto, cerca del 50 por ciento ofrece ropa usada en buen estado. Camisas, vestidos, chamarras y pantalones para toda la familia, desde 10 hasta 100 pesos. Ahí mismo se asoman zapatos, tenis, cosméticos, ropa para mascotas y montones de plásticos para el hogar. El que busca, encuentra.
Y entre el bullicio destaca un olor inesperado: pizza recién hecha. Un grupo de jóvenes trabaja con precisión y rapidez, sirviendo rebanadas por solo 15 pesos, que desaparecen tan pronto como salen del horno.
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¿Cuánto te llevas al mercadito de Los Ébanos?
Norma Vázquez, quien combina artículos nuevos y usados, invita a recorrer el mercadito de Los Ébanos, en Apodaca, sin prisa. Cuando le preguntamos cuánto se necesita para comprar, sonríe y dice: “Con romper el cochinito y darse un gusto… con eso basta.”
Así, entre gritos de ofertas, el vaivén de familias que pasean y el aroma que se mezcla entre los pasillos, el mercadito de Los Ébanos se convierte en un refugio sencillo y cálido.
Un lugar donde la vida se hace más ligera y las noches agradables de noviembre se disfrutan un poquito más.
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