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Omar Reyes Cerda
COINCIDENCIAS
Por: Omar Reyes Cerda

Publicado el

“Baja” la pobreza

El INEGI dio a conocer su más reciente medición de la pobreza en México y...

El INEGI dio a conocer su más reciente medición de la pobreza en México y, de acuerdo con sus datos, el país registró una disminución.

En teoría, eso debería ser una buena noticia: menos mexicanos con carencias, más personas con acceso a lo básico, sin embargo, la reacción no ha sido de celebración unánime. Por el contrario, han surgido voces que cuestionan la forma en que se construyeron esas cifras.

Algunos especialistas apuntan que la “disminución” obedece, más que a un avance real, a un cambio en la metodología para medir la pobreza.

En palabras simples: se movió la regla con la que se mide y cuando se cambia la regla, el resultado cambia.

Ojo, no es la primera vez que sucede en México, en sexenios pasados, también se han hecho ajustes técnicos que terminan favoreciendo el discurso gubernamental.

El debate no es menor. Medir la pobreza implica definir quién tiene lo indispensable para vivir con dignidad y quién no, y cambiar esos parámetros puede hacer que millones “salgan” de la estadística… sin haber salido de la pobreza real.

Aquí es donde entra la trampa; si la medición cambia y las cifras mejoran, el gobierno puede presumir que su estrategia social está funcionando, aunque en las calles la realidad sea otra.

Basta con recorrer comunidades rurales o colonias en la periferia, en cualquier ciudad, para ver que el ingreso sigue siendo insuficiente, los servicios son limitados y las oportunidades escasas.

La verdadera pregunta es: ¿queremos un país con menos pobreza… o con menos pobres en las estadísticas?

Porque al final, la pobreza no se combate con ajustes metodológicos, sino con empleo digno, educación de calidad, salud garantizada y un entorno que permita a las personas crecer.

Y esos rubros no se han logrado mejorar, pese al discurso que el oficialimo restriega cada mañana desde Palacio Nacional, la realidad es que el empleo en el país no está mejor, y aunque subió el salario mínimo, la inflación se ha comido ese crecimiento.

En educación estamos mal, tanto así que prefieron sacar al país de la prueba PISA, en donde aplica el mismo ejemplo, mejor eliminaron la medición para que no nos exhiban como reprobados.

Y en materia de Salud Pública ni siquiera nos acercamos al continente europeo, menos llegamos a ser como Dinamarca. Estuvo dice y dice, y se acabó seis años sin siquiera sutir las recetas.

Si las familias mexicanas con más carencias no logran vivir mejor, si no tienen para comer, vestir y dar educación a sus hijos, ningúna métrica es suficiente para cambiar la realidad del país. Todo lo demás es narrativa oficial, y la narrativa no se come.

¿Usted qué opina?


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