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GREGORIO MARTÍNEZ

Más Allá de la Noticia

Por: GREGORIO MARTÍNEZ

Publicado el

Devastación e improvisación

Se cumple una semana del impacto de “Otis”, que ocasionó decenas de muertos y la más grave destrucción que ha tenido Acapulco.

Se cumple una semana del impacto de “Otis”, que ocasionó decenas de muertos y la más grave destrucción que ha tenido Acapulco.

Este ciclón, que la mañana del martes 24 de octubre era una tormenta tropical y que en menos de 12 horas se convirtió en un poderoso huracán, catastrófico, de categoría 5, pegó directo en la Zona Diamante, con toda su furia.

Sus efectos fueron devastadores, lo mismo en la zona turística que en la habitacional, alcanzando también a las comunidades aledañas en la costa de Guerrero.

Sin duda, éste se ha convertido ya en el más triste recuerdo de Acapulco, no sólo por las pérdidas humanas y por la destrucción, sino también por la improvisación, torpeza, negligencia, indolencia que han mostrado nuestras autoridades.

Acapulco es una zona de desastre. Y lo seguirá siendo por un buen tiempo.

La comunicación no se ha restablecido por completo.

Servicios básicos como agua potable y electricidad tampoco funcionan bien.

Apenas reabrieron algunas gasolineras.

Y la distribución de ayuda humanitaria ha sido todo un tema.

Cuando el país ha demostrado amplia disposición, la orden fue que nadie podía entregar apoyo, más que el gobierno… y no crea que sólo a través del Ejército, sino también mediante la Secretaría del Bienestar… haciendo un censo y pidiendo a los afectados mostrar su identificación oficial.

Después de una semana de intentar centralizar la ayuda humanitaria, y con ello mostrarse completamente rebasados, apenas este lunes 30 de octubre, el general de brigada Enrique Martínez López, comandante de la 35 Zona Militar y jefe del Centro de Acopio “Acapulco”  dejó en claro que había paso libre para ciudadanos y organizaciones que quisieran llevar víveres para los damnificados y que no les sería incautada.

Es muy grave que el gobierno de la 4T no anticipó la llegada de este huracán, argumentando que creció de manera inesperada y que fue antes de lo que decían los pronósticos.

No estamos preparados. Y la respuesta ha sido peor.

Comenzando por el propio presidente Andrés Manuel López Obrador diciendo que “no nos fue tan mal”, cuando al día de hoy no lo hemos visto realizar un recorrido y platicar con los afectados.

Ah bueno, eso sí, la imagen que dio la vuelta al mundo, fue la del Presidente de México a bordo de un vehículo militar que se quedó atascado, intentando llegar a la zona devastada por el huracán.

Grave y preocupante que aquello se haya convertido en “tierra de nadie”, con saqueos al por mayor y destrucción de cajeros automáticos, abriendo paso al crimen organizado.

Y a todo esto, ¿a dónde fueron a parar miles de millones de pesos que estaban en el Fonden? ¿Se podrá echar mano de estos recursos para atender la atender la contingencia en Guerrero?

Hoy sabemos que Acapulco estará de pie, como ocurrió con Cancún tras el paso de “Wilma” en 2005, o en Los Cabos, con el huracán “Odile” en 2014, o ahí mismo en Guerrero, con “Paulina” en 1997.

Hay quienes apuntan a que la reconstrucción de la zona turística tardaría entre 12 y 18 meses.

Si bien en la mayoría de los edificios no hubo daños estructurales, habrá que ver si realmente responden las compañías de seguros… y si los empresarios estarán dispuestos a volver a invertir en ese lugar.

Esperemos que Acapulco recupere su esplendor, retome su actividad turística… y que su gente regrese a la vida.

Las grandes tragedias también dejan aprendizajes.

El terremoto del 19 de Septiembre de 1985 nos dejó como herencia la Coordinación Nacional de Protección Civil, que a la fecha ha funcionado y ha salvado vidas en muchas contingencias.

La gestión que hizo el entonces Presidente Miguel de la Madrid después de aquél sismo, lo acompañó durante el resto de su mandato... Basta recordar aquella rechifla que se escuchó durante la inauguración del Mundial de México 86.

“Otis” no sólo representa un antes y un después para Acapulco… sino también para los tres niveles de gobierno, que al no tener capacidad para prevenir y gestionar esta crisis, se colocaron, así solitos, en el ojo del huracán.

Soy Gregorio Martínez… Más Allá de la Noticia…. Nos vemos y nos escuchamos… Aquí en POSTA.

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